Una cronología sobre el TSE
Recordar es volver a vivir. Luego del detallado resumen acerca de la agitada llegada de la democracia en Guatemala, debemos hablar de uno de los entes más importantes en los períodos “democráticos” en cuanto a la elección de los líderes del país, y no, esta vez no se trata de ninguna Agencia de Inteligencia extranjera; se trata del: Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Para conocer los procesos, leyes y regulaciones establecidas para elegir a los diferentes representantes, tenemos que conocer cuándo, cómo y porqué se creó esta autoridad en materia electoral.
Una cronología sobre el TSE
En 1982 empieza la historia del Tribunal Supremo Electoral (TSE), durante el Gobierno de facto de Efraín Ríos Montt se decretó la Ley Orgánica del Tribunal Supremo Electoral, (Decreto 30-83). En esta se establece como un órgano autónomo, no sujeto a ninguna otra autoridad.
De acuerdo con la Constitución Política de la República de Guatemala: el Tribunal Supremo Electoral es el responsable de normar todo lo relativo al ejercicio de los derechos ciudadanos, es decir, lo referente a: organizaciones políticas, la organización, el ejercicio de los derechos políticos y el correcto funcionamiento de las autoridades electorales.
El TSE está integrado por 5 magistrados titulares y 5 magistrados suplentes elegidos por el Congreso de la República (qué conveniente ¿no? Muy autónoma no es).
Los magistrados gozan de las mismas prerrogativas e inmunidades que les corresponden a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ). Podrán ser reelectos salvo asuntos referentes a materia electoral y no podrán ser asesores de ninguna institución.
Primeras elecciones
Se realizaron en noviembre de 1985. Más de 2 millones de guatemaltecos debían presentarse a las urnas y votar entre 8 candidatos que se postularon para ese periodo. Guatemala se convirtió en ese momento como blanco de la comunidad internacional, ya que distintos medios de comunicación enviaron a sus corresponsales para presenciar el mayor evento electoral junto con observadores internacionales que dio al país un nuevo gobernante.
En 1985 compitieron 8 binomios en Elecciones Presidenciales. 34 años después, en 2019, probablemente sean 25 binomios. Que difícil.
— Jose Santiago Molina (@jsmolinam) December 6, 2018
Se necesita reformar la Ley Electoral y de Partidos Políticos. pic.twitter.com/XhE7rChTrY
En la primera vuelta, no se obtuvo más del 50% de los votos para ningún candidato. Por ende, los dos candidatos con los porcentajes mayores pasaron a la segunda vuelta; Marco Vinicio Cerezo con 38.65% y Jorge Carpio Nicolle con 20.23%. Al no haber mayoría absoluta, se programó la elección de la segunda vuelta para elegir a los representantes.
El ganador fue Vinicio Cerezo con un 68.37 % de votos. Hasta hoy, el candidato con mayor aceptación de acuerdo a los votos emitidos en comparación del padrón electoral. Así como también, la ocasión con más participación en una elección popular.
Cuestionemos
Podríamos escribir cientos de páginas de cómo se fueron implementando las Elecciones de Corporaciones Municipales en 1988, Elecciones Generales y al Parlamento Centroamericano en 1990 o la escandalosa consulta popular de 1999 para que los acuerdos de paz lograran adquirir rango constitucional. Sin embargo, nos gustaría comparar cómo la evolución del TSE lo ha llevado a lo que es en la actualidad. Vale la pena preguntar: ¿es funcional? ¿cumple lo que dice que debe de hacer en la Constitución? o ¿esperamos más?
¿Es funcional? Muy cuestionable. No siempre fue así para el TSE. Pocos recordamos cómo fue el actuar de dicha entidad en la primera elección popular, uno de ellos es el exmagistrado Gabriel Valenzuela que dijo:
“Durante los 80, había muchísimo más respeto por las decisiones que tomaba el Tribunal. Los partidos políticos seguían órdenes y no había descontrol. Se daban algunas contradicciones, pero no era como hoy que se ha alterado casi por completo el uso de la ley de amparo y exhibición personal”.
Antes del TSE, existió el Registro Electoral. Este pertenecía al Ministerio de Gobernación. Se entiende que de manera legal, las elecciones eran controladas por el Ejecutivo y ya sabemos cómo terminó eso: con golpes de estado, fraudes, etc.
La Constitución aprobada en 1985 no cambió la naturaleza del TSE en materia electoral comparado a la anterior Carta Magna.
Gabriel Valenzuela manifiesta que los constitucionalistas usaron el modelo de las cuatro leyes para crear La Ley Electoral. “Recordemos que el hecho de ser constitucionalista no quita el derecho a ser político y cambiar las cosas al antojo de cada quien”, expresa Valenzuela.
El TSE se adaptó a la nueva Ley Electoral, como parte de las leyes constitucionales más importantes:
- La Ley Electoral de Partidos Políticos (LEPP)
- Ley de Libre Emisión del Pensamiento
- Ley de Amparo y Exhibición Personal y de Constitucionalidad
- Ley del Orden Público
Por lo tanto, cuando Guatemala entró en un proceso de “democratización”, pasó una época de bastantes obstáculos para la conversión del sistema democrático. El asunto era asegurar un derecho por otro derecho. Que el Estado no fuera capaz de abusar de nadie (ahora pasa indiscriminadamente). Que existiera un respaldo, algo más grande que velara por los ciudadanos. La Ley de Amparo y Exhibición Personal fue creada para eso.
Había democracia decente, pero no paz plena. El conflicto armado interno se mantenía vigente en los primeros mandatos “democráticos”. También es importante recordar que se venía de dictaduras militares donde las libertades individuales se violaban sistemáticamente. Con la llegada de la democracia, entró en vigor algo que hoy ha salvado vidas políticas completas: la acción de amparo. No obstante, en retrospectiva, la génesis que le quita supremacía al TSE.
Lo de supremo fue sólo para darle cierto sentimiento de superioridad al TSE. En la práctica es frustrante darse contra la pared, es decidir pero realmente no actuar. Que quede claro, la última palabra no la posee el TSE.
¿Qué podemos esperar?
Estamos frente a un TSE mucho más amigable para los partidos políticos. Un TSE que acepta berrinches, pataleos y excusas para cualquier tipo de inscripción.
Las primeras acciones del nuevo TSE nos muestran una gran vocación para atender a los partidos políticos: les da tiempo, (muchísimo tiempo) para arreglar su situación y rendir cuentas. Estos cambios incluyeron el rechazo del personal (quienes por sus funciones) son claves para agradar o incomodar a las agrupaciones políticas.
Esperamos más participación de los jóvenes. Somos parte fundamental de la democracia. Para alcanzar el status de república es necesario generar una conciencia crítica para futuras elecciones.
Se necesita eso para lograr un desarrollo consistente en materia electoral para futuras generaciones. Un proceso que lleva por lo menos 25 años, pero sin empezar, nunca lo conseguiremos.
Esperamos que haya una mayor participación mayor comparado a las pasadas elecciones. Nuestro país necesita de todos para formar no sólo un gobierno, sino un proceso electoral más que digno, eficiente. Por ello, debemos instruirnos (de forma autodidacta sino hay otra) de la mejor manera para poder alcanzar esa meta. Hemos llegado a un punto de casi no retorno en base a la autoridad de las instituciones. Estas tienen que acatar sus propias reglas, la Constitución ,por sobre todo, el honor a la democracia. Hay problemas estructurales que se han presentado desde que inició la época democrática del país.
Con todo esto dicho y comentado, el TSE volverá a formar parte de un proceso electoral importante en donde no tiene autoridad.