La ciudad de Guatemala actualmente puede presumir ser la ciudad más grande y con mayor número de habitantes en la región centroamericana, sin embargo, son dos títulos que les está constando mucho a sus habitantes debido a varios factores, desde una mala planificación urbanística hasta la ineptitud de las autoridades municipales para tratar los problemas que aquejan a los capitalinos.
Para poder hacer un análisis de las problemáticas de la Ciudad de Guatemala se pueden abarcar varias temáticas, donde podemos resaltar el económico y social como los más importantes, pero si la ciudad capital crece a pasos grandes, ¿Por qué no avanza hacia la modernización?
La ciudad capital es habitada por más de dos millones de personas, pero debido a que también es el mayor centro económico del país, la mayoría de los habitantes de los municipios aledaños se dirigen a laborar a la ciudad, sumando más de cinco millones de personas que circulan diariamente dentro de la urbe, convirtiendo a la metrópoli y sus municipios aledaños en una periferia.
Con ingreso por los cuatro puntos cardinales, la ciudad cuenta con una pobre infraestructura vial, lo que imposibilita un tráfico fluido dentro de las principales arterias, no obstante, no podemos asumir que la total responsabilidad de este problema sea por la infraestructura vial capitalina, las municipalidades aledañas no mantienen una cooperación eficiente con la comuna capitalina.
En 2012 la ciudad capital se unió a la mancomunidad de Gran ciudad del sur, donde la comuna debe de trabajar en conjunto con los seis municipios colindantes del sur, a pesar de dicha incorporación, la cooperación municipal es casi nula, donde la máxima respuesta de cooperación municipal entre municipios es la organización de carriles reversibles para “alivianar” el tráfico ocasionado por los vecinos que se dirigen a sus labores o sus hogares.
Aunque no son muy conocidas, las mancomunidades son un tipo de alianzas municipales para trabajar en conjunto distintas problemáticas que puedan llegar a presentarse y que les afecte de manera colectiva, a pesar de lo mencionado anteriormente, la cooperación solamente se enfoca en aliviar las problemáticas, más no, erradicarlas.
Existe una profunda crisis de transporte público, que hasta el día de hoy la municipalidad capitalina ha querido maquillar con la apertura de nuevas estaciones de transmetro, aunque es incuestionable el beneficio que este medio de transporte representa para todos los ciudadanos metropolitanos, este es insuficiente para la cantidad que se necesita movilizar diariamente.
La falta de infraestructura vial tampoco permite el desarrollo de un transporte público digno, lo que lleva a que una gran parte de la población se decida por movilizarse con su propio vehículo. Durante el gobierno de Álvaro Colom (2008 – 2011), se inició un proyecto que apuntaba a la renovación del transporte público de la mano de Transurbano, que, con inversión pública, se importaron buses del extranjero para cubrir rutas del eje sur de la ciudad, lo que se buscaba era paulatinamente cubrir todas las rutas que en su momento estaban bajo la administración de los buses rojos o “los tomates” como eran conocidos.
Hasta el día de hoy, Transurbano cubre la totalidad de rutas de la ciudad capital, sin embargo, la innovación nunca llegó, el proyecto pasó a la inversión privada, la importación de buses se detuvo y para seguir cubriendo rutas se optó por comprar las unidades viejas pertenecientes a los buses rojos, sometiéndolos a una transformación para operar con el nombre de la empresa de transporte.
Transurbano se ha visto envuelto en escándalos desde que estaba en manos de la administración pública, su crisis más actual se encuentra en la falta de pago a sus pilotos y el poco mantenimiento a las unidades que cubren distintas rutas. Con dos medios de transporte que se ven cada vez más insostenibles uno por su administración y el otro por su poca expansión eficaz, la ciudad capital se encuentra al borde del colapso diariamente, en donde los ciudadanos que viven en las periferias de la ciudad pueden llegar a pasar hasta seis horas de tráfico diarias.
Con las elecciones generales próximas a realizarse y con las problemáticas metropolitanas más que evidentes, los ciudadanos esperamos candidatos que presenten propuestas viables al transporte público, considerando que la calidad de vida depende en gran medida en cómo nos podemos movilizar a distintos puntos de la ciudad, no solo en tiempos prudentes, también en un transporte público digno y asequible.
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Osmar Gamboa
Estudiante de Ciencia Política en la Universidad de San Carlos, apasionado por las culturas e historias.