¿Cómo influye la crisis climática en la aparición de nuevas enfermedades?

Los ecosistemas sanos y diversos sostienen la vida en el planeta al proporcionar aire, agua y toda clase de elementos esenciales. Desde los bosques hasta las tierras de cultivo y los océanos, los ecosistemas del planeta son la base de la vida y en esencia la base de todos nuestros recursos, servicios y necesidades.

Las relaciones entre el medio ambiente, la biodiversidad y las enfermedades infecciosas emergentes son complejas pero para nadie es un secreto que los ecosistemas de nuestro planeta se están degradando a un ritmo acelerado,   catastrófico y alarmante. Todo esto provocado en gran medida por la insostenibilidad de determinadas actividades humanas. 

A propósito del día de la tierra es oportuno reconocer cómo debido a las mismas actividades del ser humano el planeta se encuentra enfrentando una de las peores crisis climáticas de la historia moderna. Algunas de las consecuencias del cambio climático son ampliamente conocidas como: el aumento de la temperatura como causa directa de la degradación ambiental, los desastres naturales, las condiciones meteorológicas extremas, la inseguridad alimentaria e hídrica por brindar algunos ejemplos. Sin embargo, las repercusiones del cambio climático en la salud son menos conocidas y tomadas en cuenta cuando se habla de los devastadores efectos de la crisis climática, principalmente cuando nos referimos a la aparición de nuevas enfermedades infecciosas como la COVID-19.

A continuación se fundamenta cómo la crisis climática puede considerarse un impulsor determinante en la aparición de nuevas enfermedades en el planeta:

Muchas enfermedades son sensibles al clima y varias prosperarán en un mundo más cálido, más húmedo y más propenso a los desastres naturales que se prevén en los escenarios futuros. Algunos patógenos, vectores y animales huéspedes probablemente se comporten de manera más deficiente en condiciones ambientales cambiantes, por lo que desaparecerán en algunos lugares y darán lugar a la pérdida de los efectos moderadores de las poblaciones, o al establecimiento de otras especies en los nuevos nichos ecológicos que surjan a raíz de su ausencia. (1)

El cambio climático es un factor importante en la aparición  y reaparición de numerosas enfermedades zoonóticas. La supervivencia, reproducción, abundancia y distribución de agentes patógenos (virus, bacterias, parásitos hongos), vectores y huéspedes puede verse influida por parámetros climáticos afectados por la crisis climática y las actividades extractivistas del ser humano (1)

Ejemplo: la variabilidad del clima tiende a afectar a las enfermedades que son transmitidas por insectos, garrapatas y otros artrópodos considerados vectores. También es posible que temperaturas más cálidas aumenten la incidencia de enfermedades, esto se explica tanto por el incremento del tamaño de la población del vector y su distribución geográfica como por la duración de la estación en que las especies infecciosas están presentes en el medio ambiente. (1) 

Fotografia: Maximo perlinni

El cambio climático es una fuerza que influye en la distribución geográfica y en la abundancia de especies como lo son los murciélagos, los monos y los roedores (especies en las que suelen originarse los patógenos zoonóticos). También se puede mencionar los mosquitos y variedad de insectos con la capacidad de transmitir virus, como el virus chikungunya y el virus del Nilo Occidental por brindar un par de ejemplos. (2)

Más ejemplos: El cambio climático puede aumentar o disminuir la incidencia de la enfermedad de Chagas (transmitida por insectos), la leishmaniasis (transmitida por flebótomos), y gran variedad de otras enfermedades transmitidas por vectores zoonóticos. En general se podría decir que niveles de calentamiento más altos provocan mayor incidencia de enfermedades. (2)

Una amplia revisión de publicaciones sobre enfermedades emergentes en Brasil reveló la existencia de relaciones entre los brotes de enfermedades infecciosas y  los fenómenos climáticos extremos (El Niño, La Niña, olas de calor, sequías, inundaciones, aumento de la temperatura, aumento de las precipitaciones), cuya frecuencia podría verse afectada por el cambio climático; y los cambios ambientales (fragmentación de los hábitats, deforestación, urbanización, consumo de carne de especies silvestres). (3)

Las regiones árticas y subárticas son especialmente vulnerables al cambio climático causado por el deshielo del permafrost, que transforma considerablemente las estructuras del suelo, la vegetación y los hábitats. La degradación del permafrost puede dejar al descubierto enterramientos históricos, lo que permite la reaparición de infecciones mortales de antaño. La prolongación de los períodos de crecimiento y la expansión de los hábitats están proporcionando a algunos patógenos zoonóticos y sus vectores unas condiciones de vida más favorables para propiciar futuras catástrofes sanitarias globales.(4)

Fotografia: Pixabay

Es bien sabida la existencia de patógenos zoonóticos en diversas especies migratorias de animales silvestres (por ejemplo, murciélagos y aves acuáticas). Algunas zoonosis que afectan a los seres humanos parecen tener relación con contagios causados por especies migratorias impulsadas por la pérdida de hábitats y el cambio climático, lo cual afecta profundamente la conducta migratoria de ciertas poblaciones animales y consecuentemente favorece la dispersión de enfermedades. El mantenimiento de ecosistemas saludables y bien conectados es importante para las especies migratorias y también debería contribuir a reducir la prevalencia de enfermedades infecciosas. (5)(6)

Reflexión

Destrucción de ecosistemas y recursos naturales, políticas ambientales permisivas, un sistema económico extractivista, acelerada urbanización y prácticas agrícolas inadecuadas son solo algunas de las muchas actividades insostenibles que practica diariamente el ser humano. Actividades que en contextos de mala gobernanza e ignorancia científica han causado la actual crisis climática que vivimos y si no hacemos nada probablemente también sean las impulsoras de la próxima crisis sanitaria que ponga de cabeza el mundo moderno…

Referencias bibliográficas

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