Aunque la pérdida de un ser querido, es un acontecimiento que no puede escogerse, la elaboración del duelo es un proceso activo, lleno de posibilidades. (ATTIG)
El duelo es una experiencia en la que se viven cambios emocionales constantemente. Después de perder a un ser querido, podemos llegar a experimentar durante el proceso, momentos de negación, confusión, incredulidad, negociación, incluso en algunos casos un estado de shock. Aceptar que aquellas personas que hemos amado, ya no estarán físicamente, no es tarea fácil, tomará tiempo asimilar su ausencia. A pesar de que no existe la fórmula que permita aliviar el dolor por la muerte de un ser querido, deseo compartir algunos consejos prácticos, que pueden ser tomados en cuenta durante el proceso de duelo. Herramientas que permitirán al doliente expresar sentimientos y emociones que pueden contribuir positivamente en todo su ser. Finalmente ayudando al doliente a comprender la naturalidad del proceso y que tomará tiempo volver a retomar la rutina y a aprender a sobrellevar la vida sin ellos:
Conectarse con la pérdida: No es fácil aceptar que hemos perdido a una persona que hemos amado y que ha dado significado a nuestra vida, aunque la muerte parezca evidente. Suele ser común que experimentemos la sensación de que no es real la pérdida, que no está pasando. Es importante no quedarnos atrapados en la negación de nuestra pérdida, es necesario seguir avanzando en el proceso del duelo.

Expresemos de forma plena nuestros sentimientos: y gestionemos nuestras emociones y el dolor: La pérdida de un ser querido afecta todo nuestro ser, viene acompañada de dolor emocional y físico, se experimentan diferentes emociones, sentimientos, pensamientos difíciles de vivir y comprender.
Busquemos reconocer y expresar plenamente cada uno, todos nuestros sentimientos son válidos, incluso aquellos que creemos no deberíamos sentir. Permitamos a quienes nos acompañan, ayudarnos a procesar y liberar nuestras emociones, aunque esto signifique llorar, reír o gritar. Para aquellas personas que tenemos dificultad para expresarnos delante de otros, busquemos un tiempo cada día en privado para pensar en nuestros ser querido. Necesitamos reconocer y expresar nuestro duelo para vivirlo de la manera más sana.
Seamos pacientes: Cada persona vivimos nuestros duelos de forma personal y única, no nos juzguemos por sobrellevar el dolor diferente a otras personas, por no sanar tan rápido como creemos que debería ser. Vivamos nuestro duelo de manera que sintamos que está siendo adecuado para nosotros.
Busquemos rodearnos y conversemos con personas que nos hagan sentir bien:
Durante el duelo buscamos momentos de soledad, solemos aislarnos de nosotros mismos, porque así lo estamos necesitando en ese momento; sin embargo, es conveniente en algún momento conectarnos con aquellas personas más cercanas o de mayor confianza, que aun con su silencio nos hagan sentir acompañados.
Conectémonos con nosotros mismos: Reconozcamos nuestras necesidades físicas, emocionales o espirituales, conocerlas, nos permitirá trabajarlas según las posibilidades, nos puede ayudar a avanzar en el nuestro proceso de duelo.
Aceptemos nuestras limitaciones: Es importante recordar, trabajar y aceptar que la vida o el fallecimiento de nuestros seres queridos no está bajo nuestro control, reconocer lo que sí o no está bajo nuestro control, nos ayudará en el proceso de la aceptación.
Propongámonos objetivos nuevos: Cuando fallece un ser querido, nuestra realidad se transforma, debemos organizarnos según nuestras herramientas actuales, proponiéndonos nuevas tareas, rutinas u objetivos, que podamos desarrollar realmente; planifiquemos nuevos horarios que incluyan actividad física como el hacer ejercicio de nuestro agrado, lectura, entretenimiento y distracción. Vivamos un día a la vez.
Compartamos nuestras emociones: Permitamos expresar nuestro duelo de forma plena y experimentemos compartir nuestros sentimientos y pensamientos con nuestro entorno más cercano, incluso suele ser terapéutico conversar con otras personas, que no forman parte de nuestro círculo social y afectivo. Tiene propiedades que aportan positivamente a nuestra salud integral, el expresar nuestros sentimientos.


Aceptemos nuestra vulnerabilidad: Aceptar las limitaciones que todos Podemos llegar a tener, como debilidad, inseguridad e incapacidad de avanzar solos, nos permitirá buscar ayuda.
Posterguemos las decisiones importantes e irreversibles: No todo es urgente ni prioritario, en todo caso busquemos apoyo en personas de nuestra confianza, para que nos ayuden a priorizar con objetividad. Ya habrá serenidad y reflexión a su tiempo, sobre las decisiones que necesitamos tomar.
Busquemos formar parte de un grupo de ayuda: Esto nos permitirá conectar con otras personas que tienen experiencias similares y que pueden ofrecernos Consuelo, orientación y sugerencias prácticas, Compartirán con nosotros la seguridad de que sus experiencias son normales.
Consejos que pueden ayudarnos en nuestro día a día, durante el proceso de duelo
La recuperación ante la pérdida de un ser querido, nunca es fácil, se puede prolongar por meses incluso años. Nuestro dolor es real y estamos compuestos por nuevas demandas, nuevas responsabilidades, nuevas personas, nuevos sentimientos y grandes vacíos en nuestra vida y nuestro corazón.
Cuidar nuestra salud física, emocional y espiritual. requiere de un tiempo que es necesario invertir en nosotros, regalemos actos de amor con actividades de autocuidado desde hoy y agreguemos cada día una más. Sea cual sea nuestra perdida, hacer actos de amor hacia nosotros mismos, ayudará gradualmente a recuperarnos.
- Cuidemos nuestro cuerpo: Cuidemos nuestra alimentación, establezcamos una rutina y horarios
- Busquemos tiempo para descansar: Es relevante hacerlo
- Busquemos diferentes formas de relajarnos: Probemos una ducha caliente, una infusión, una meditación guiada, música, etc. ·
- Cuidemos nuestro aspecto físico: hagamos ejercicio de respiración, estiramientos y respiración, observemos nuestra postura corporal, cuidemos nuestro aspecto físico. ·
- Realizamos actividades creativas: Como cocinar, pintar, escribir, escuchar música, ver una película, leer, etc.
- Cuidémonos de nuestras relaciones tanto como nuestras emociones y espiritualidad: Normalicemos todas las emociones experimentadas: incomprensión, desamparo, ansiedad, miedo, angustia, enfado, etc.
- Compartamos nuestras emociones: hacerlo virtualmente o por escrito a veces lo facilita. ·
- Respetemos nuestra necesidad de estar solo/a, pero no nos aislemos: · intentemos estar acompañados, aunque sea en silencio.
- No dudemos en tomar la iniciativa y llamar a alguien con quien nos apetezca hablar: Podemos recurrir a grupos de apoyo especializados. ·
- No nos exijamos intelectualmente: A veces nuestras capacidades están mermadas por el proceso emocional del duelo.
- Intentamos rodearnos de buenas energías: películas o series entretenidas sin carga emocional, imágenes bonitas, conversaciones agradables, etc.
Encontremos formas de despedirnos o conectarnos: Encontremos formas de conectarnos con nuestros seres queridos, a través del significado que teníamos con quien ha fallecido, recordar sus consejos, mirar fotos o videos, o evocar recuerdos alegres y significativos, resaltar sus dichos o frases.
Realicemos un ritual u homenaje de despedida o de recuerdos: Las despedidas son personales y significativas, propongámonos hacer un escrito con los momentos más significativos compartidos a su lado, construyamos un cofre de recuerdos, elaboremos unas historias en fotografías con las melodías que nos identifique con ellos, un rincón de recuerdos, plantemos un árbol, realicemos su comida favorita, visitamos el cementerio, llevemos algo de él o ella, incorporamos su presencia en las fiestas familiares, escribamos en un diario en el que expresemos sentimientos, pensamientos y reacciones vividas cada día, realicemos un viaje que planearon juntos, redactamos una carta.



Está comprobado que el volver a revivir momentos a través de fotografías, música, vídeos y objetos invaluables, tiene propiedades positivas que ayudan a iniciar un proceso de duelo digno.
Y por último, pero no menos importante, valdría la pena preguntarnos:
¿Qué haremos con el amor que ahora nos sobra?
Ayudar a los demás haciendo obras de caridad, en épocas de navidad o fechas especiales, obsequiar en nombre de nuestro ser querido un regalo, un abrigo, una cena, un abrazo, una sonrisa, una hora de nuestro tiempo en servicio y en amor, pueden ser acciones que alimenten nuestra alma que pueden dar un nuevo sentido a nuestro duelo.
"Todo lo que amamos se nos puede arrancar, lo que no se nos puede quitar es el poder de elegir qué actitud asumir ante estos acontecimientos"
Víctor Frank
Referencias:
Palabras que consuelan. Castro, M. – disponible en https://www.perlego.com/book/1901591/palabras-que-consuelan-pdf
Guía para familiares en duelo. Recomendado por la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL). Disponible en https://www.bdv.cat/sites/default/files/common/Salut/guia_per_a_familiars_en_dol.pdf
https://www.lavanguardia.com/libros/libro/palabras-que-consuelan-ebook-9788416429622
Marilú Retana
Celebrante y acompañante certificada en el duelo; con conocimientos de tanatología, logoterapia y psicología positiva. Interesada por conocer el comportamiento humano y aportar positivamente a la humanidad. “Trabajo cada día para fortalecer mis valores y mi espíritu, con responsabilidad y humanismo, me esfuerzo por cambiar la vida de las personas, haciendo actos de amor que inspiren a crecer, a celebra la vida y a tener esperanza”