La Real Academia Española (RAE) define el suicidarse como “quitarse voluntariamente la vida”. En nuestro país es un tema bastante difícil de abordar en medios de comunicación o bien, no se le otorga la relevancia necesaria y sigue siendo una de las mayores causas de muerte a nivel mundial de personas entre los 15 y 29 años.
¿Por qué es importante hablar de suicidio?
Cabe mencionar el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, que se conmemora el 10 de septiembre de cada año, pero aun así cada año mueren alrededor de 800 mil personas en el mundo por esta causa, esto significa que aproximadamente cada 40 segundos se comete un suicidio en el mundo, justo en este momento en el que estás leyendo este mismo párrafo se está cometiendo uno probablemente ¿un dato preocupante, cierto?
Partiendo del panorama general a nivel mundial estima que por cada persona que se suicida existen 20 intentos más previamente al definitivo, si fallaron en el primero hay que prestar atención a ellos, ya que en los siguientes seis meses existe el riesgo de cometer un nuevo intento o incluso una mayor cantidad de veces.
En 2019 se registraron más de 97.000 suicidios en el continente americano, señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), especificando que el 79% de las personas que se suicidan son del sexo masculino, aunque se ha registrado un incremento entre el sexo femenino. Un nuevo estudio destaca la importancia de entender los factores que rodean a los suicidios según el sexo para elaborar estrategias preventivas adecuadas.
A nivel europeo, las cifras que proporciona el Eurostat, indican que el suicidio, pese a no ser una causa importante de muerte, es un poderoso indicador de problemas que la sociedad debe abordar. Por término medio, en la Unión Europea (UE) se registraron 11.7 muertes por 100,000 habitantes debidas a suicidio.
A nivel mundial, el suicidio representa el 50% de las muertes violentas en los hombres y el 71% en las mujeres. Con respecto a la raza, parecen encontrarse tasas más bajas entre los hispanos y afroamericanos que entre los europeos, aunque existe una tendencia de suicidio creciente entre los afroamericanos de EEUU.
Las condiciones que podrían aumentar las probabilidades de suicidio según expertos son los siguientes:
- Depresión u otra enfermedad de salud mental
- Consumir drogas y alcohol de forma recurrente
- Haber intentado cometer suicidio previamente
- Tener antecedentes familiares de depresión, suicidio o abuso sexual
- Sufrir una pérdida importante, como la de una relación, un hogar, o la muerte de un ser querido
- Ser partícipe de un evento que causa vergüenza, culpa, deshonra que ocasione consecuencias graves a nivel emocional
- Tener problemas de salud física incurables
- Enterarse del comportamiento suicida de otra persona en una situación similar
- Acceder fácilmente a los medios para cometer suicidio
- Ser impulsivo o aislarse totalmente del resto
Además de las condiciones o factores mencionados, es mucho más probable que se intente el suicicio si se tiene uno de dichos factores y se carece de una red de apoyo eficiente, esto aumenta también la reincidencia en intentos de suicidio, por lo que es importante reconocer y prevenirlo.
Estas señales pueden indicar un posible intento de suicidio:
- Hacer amenazas directas de hacerse daño o quitarse la vida
- Comprar un arma de forma repentina
- Acumulación de fármacos sin motivo aparente
- Estar enfocado en la muerte, ya sea por medio de conversaciones, escritos, dibujos o publicaciones en línea acerca de la muerte o el suicidio; escuchar música o visitar sitios web relacionados con la muerte
- Tener comportamientos y estados de ánimo asociados con la depresión
- Tener cambios de personalidad o de humor repentinos pero bruscos
- Descuidar la apariencia o la higiene de forma gradual
- Hacer cosas arriesgadas o autodestructivas sin motivo aparente
- Regalar pertenencias significativas de forma repentina
- Atender asuntos comunes de la etapa final de la vida, como crear un testamento
- Despedirse de amigos y seres queridos sin motivo aparente
Por lo general, el método utilizado para cometer suicidio depende de su disponibilidad y puede influir el acceso que la persona tenga a un método en particular, además, una determinada enfermedad que padezca la persona en riesgo y el antecedente familiar que tenga del uso de uno u otro método.
La ingestión de fármacos es el método más frecuente de intento de suicidio; sin embargo, pocos estudios mencionan la cantidad de fármaco ingerida. Lo más frecuente es la ingestión de entre 10 y 20 comprimidos (pastillas) y en un 43,71% de los casos de intento de suicidio tratados después de forma intrahospitalaria, las benzodiacepinas estuvieron presentes en casi el 70% de los casos según datos de la OMS, esto puede variar debido a las diferencias significativas en función del género, la edad, los antecedentes psiquiátricos, los intentos autolíticos de repetición y la presencia de trastornos de la personalidad.
Otros estudios indican que entre los demás métodos mayormente utilizados, están la precipitación, el ahorcamiento, la asfixia con bolsa de plástico en la cabeza, la intoxicación por gases, el envenenamiento con plantas, hongos, metales, productos de limpieza y plaguicidas, la inanición o ayuno prolongado, el suspender la medicación prescrita para una enfermedad crónica, el accidente automovilístico provocado, el arrojarse al paso de vehículos, el disparo con arma de fuego, la bomba con explosivo adosado al cuerpo, el prenderse fuego, tragar objetos punzantes o cortantes y el apuñalamiento o eventración.
Puede ser que el método para cometer el suicidio dependa también en gran medida de la influencia sociocultural y de las características geográficas, puesto que las zonas geográficas pueden relacionarse con el acceso a distintos métodos como el mar, vía férrea, pesticidas en zonas agrícolas, puentes, carreteras de alta velocidad, edificios de gran altura, acceso a fármacos por el ámbito profesional, entre otros.
La Licda. en Psicología Clínica, especialista en Terapia Cognitiva Conductual, Marinés Mejía Alvarez nos menciona como podemos prevenir y apoyar a personas en situación de riesgo para cometer suicidio:
Según el Colegio de Psicólogos de Guatemala, existen aproximadamente 13,000 psicólogos/as colegiados/as en Guatemala, de los cuales más de 5,000 (33%) se dedican al área clínica donde pueden brindar acompañamiento psicológico para prevenir el suicidio.
Cuando nos encontramos a alguien que creemos está en riesgo, las siguientes consideraciones son importantes:
- Hablar con ellos en privado y llevarlos a un lugar seguro
- Escuchar su historia sin tratar de cambiar lo que piensan o sienten, es decir, validarlos
- Decirles que te preocupas por ellos, muchas personas en esta situación se sienten con mucha desesperanza y les ayudará saber del interés genuino de alguien más
- Preguntar de forma directa si están pensando en suicidarse
- Animarlos a buscar tratamiento con un profesional o ponerse en contacto con su médico o terapeuta
- Evitar debatir el valor de la vida, minimizar sus problemas o dar consejos
Es importante desmitificar que, si la persona está pensando en suicidarse, dará señales como hablar del tema o estar con un bajo estado de ánimo, pues en algunas ocasiones esto no es así y la persona puede aparentar que todo está bien.
Por esto, es importante poder ser un espacio seguro para las personas a nuestro alrededor y que puedan compartir sus emociones. El reconocer nuestras propias actitudes y creencias frente al suicidio también es relevante, pues si no somos conscientes de ellas, podemos no tomar en serio lo que las personas a nuestro alrededor traten de comunicarnos, especialmente si están en riesgo.
Incidencia de suicidio en Guatemala
La base de datos que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre defunciones da cuenta de más de 10 mil suicidios en los últimos 35 años. Es decir, en promedio 312 personas decidieron quitarse la vida anualmente en Guatemala, desde 1986 hasta 2019, según las boletas de defunción que procesan los registros civiles, antes en las municipalidades y desde 2006 en el Registro Nacional de las Personas (RENAP) pero sin duda no es una cantidad sumamente específica.
Se estima que por cada mujer que se suicida, tres hombres también lo hacen en nuestro país, el 75% del total de fallecidos son hombres y el 25% son mujeres. Respecto a la edad, en el caso de las mujeres el grupo más vulnerable son las de 15-19 años (32%), mientras que en el caso de los hombres son los de 20-24 años (20%).
El INE reportó 483 suicidios de hombres y 156 de mujeres para 2019 (según códigos X60-X84 de la Clasificación Internacional de Enfermedades, 10ª edición, CIE-10), se puede afirmar que las tasas para la población guatemalteca son menores a las mundiales. Según datos de la Sala de Prensa del Gobierno de Guatemala, en el 2021 se reportaron 498 suicidios en el país en grupos entre 11 a 30 años.
Sin embargo, la tendencia de los registros de las defunciones por suicidio en Guatemala reflejan una preocupante tendencia al alza, como se muestra en la siguiente gráfica que muestra las tasas crudas de 1986 a 2019, desagregadas por sexo. Básicamente, la tasa de hombres no ha dejado de incrementarse desde su mínimo observado en 1996. El mínimo de mujeres se observó en 1994 y desde entonces, tampoco ha dejado de aumentar.
Sobre las estadísticas de “intentos de suicidios” hay escasa información, aunque la Policía Nacional Civil (PNC) registra los casos anuales de estos intentos, clasificando sexo y edad de la persona, método utilizado y lugar de ocurrencia (municipio y departamento). Entre 2016-2020, la PNC reportó 145 intentos de hombres y 59 de mujeres, dato que es consistente con la relación entre sexos (2.5 a 1).
El Instituto Nacional de Ciencias Forenses de Guatemala (INACIF) no tiene tipificado el suicidio como tal, pero según el reporte de las causas de muerte en el país durante el 2018, aparecen registrados 486 fallecimientos por ahorcamiento (asfixia por suspensión) y 208, por intoxicación por exposición o ingesta de plaguicidas.
Seguramente el sesgo de estos casos de intento de suicidio tiende a ser alto, tanto de muertes como de intentos, debido al estigma social asociado, por lo que las familias lo consideran como un tema tabú y no lo reportan a las autoridades.
Si me encuentro en Guatemala, ¿dónde puedo encontrar ayuda para prevención del suicidio?
La Licda. Marinés Mejía nos comenta lo siguiente con respecto al tema:
Actualmente existen procesos que el MSPAS está llevando a cabo para prevenirlo, los cuales consisten en elaboración de materiales psicoeducativos, estructuración de procesos y herramientas técnicas, creación de protocolos y políticas. Sin embargo, estas estrategias no son accesibles, pues resultan ser desconocidas para la mayoría de la población.
Además, el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) también ofrece servicios en el Centro de Atención Integral de Salud Mental y existen dos líneas de ayuda telefónicas para contactar si una persona se encuentra en crisis (https://findahelpline.com/gt)
Ahora bien, a nivel privado existen asociaciones y/o agrupaciones que brindan recursos y atención para prevenir el suicidio como Asociación Aférrate a La Vida (AMAVIDA) y ACGT – Prevención del Suicidio y también existen instituciones hospitalarias como Inside Health que permiten una internación de día para las personas que necesiten acompañamiento.
Adicionalmente también puedes encontrar ayuda en los siguientes lugares:
El Centro de Atención Integral de Salud Mental, ubicado en Zona 12 de la Ciudad de Guatemala, brinda atención integral los 365 días del año a las personas que han intentado cometer suicidio y ofrecen herramientas para que no atenten de nuevo contra su vida.
La Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC) y las universidades del sistema de educación privado, como la Universidad Rafael Landívar (URL) donde existen la carrera de Psicología, tienen centros de práctica donde los costos de consulta son muy bajos o incluso gratuitos y se brinda el apoyo de expertos a personas en riesgo de cometer suicidio.
Así mismo, dentro de la red nacional de Salud Pública, se brindan servicios de psicología y psiquiatría totalmente gratuita o se refieren también en ocasiones a profesionales privados que poseen tarifas especiales para personas de escasos recursos.
En la página de Facebook de la Asociación Ama Vida, identificada en esa red social como Aférrate a la vida se les proporciona ayuda de diferentes formas mediante el chat, por lo que si buscan un método de apoyo más discreto, este es el indicado.
REFERENCIAS
- Cortés, A., Suárez, R., & Serra, S. (2019). Métodos y sustancias empleados en la conducta suicida en adolescentes. Revista Cubana de Medicina General Integral. http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-21252019000400011
- Organización de las Naciones Unidas. (s/f). El suicidio aumenta en América mientras disminuye en el resto del mundo. ONU. https://news.un.org/es/story/2023/02/1518852
- UNICEF. (2022). UNICEF, U-Report, JoLu y Love Myself Guatemala lanzan la campaña #Dime sobre la salud mental para apoyar a la niñez y adolescencia guatemalteca. https://www.unicef.org/guatemala/comunicados-prensa/unicef-u-report-jolu-y-love-myself-guatemala-lanzan-la-campa%C3%B1a-dime-sobre-la
- Grupo Banco Mundial. (s/f). Tasa de mortalidad por suicidio (por cada 100 000 habitantes) – Guatemala. World Health Organization, Global Health Observatory Data Repository. https://datos.bancomundial.org/indicator/SH.STA.SUIC.P5?locations=GT
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Gabriela González
Terapista Respiratoria Universidad Rafael Landívar, apasionada de la Salud Pública y Epidemiología.
2 comentarios
Felicitaciones por el artìculo Gaby. Excelente lectura, apesar de que es un tema tabû para muchos en nuestrda cultura. Sigue adelante!
Muy buen artículo.
Quizá agregar los números telefónicos de instituciones, asociaciones o personas que puedan atender a quien necesite apoyo emocional urgente, en el conocimiento que para ellos es más fácil hablar con alguien fuera de su círculo familiar y social.