Hoy les hablaré de una pequeña de 7 años, quien creció en un hogar machista, mamá ha sufrido desde siempre violencia psicológica y económica. “Lulú” vive con su mamá, papá y 3 hermanos mayores, quienes también violentan a las mujeres del hogar porque, según papá, “los hombres” son rudos, mandan en casa y, por lo tanto, las mujeres deben servirlos y tolerar todo tipo de trato.
Lulú ingresó a la escuela formal cuando apenas tenía 1 año con 4 meses, en casa nadie podía cuidar de ella, sus adultos cuidadores debían trabajar, así que su mamá optó por enviarla a la guardería. Siempre se mostró como una niña de perfil bajo, solitaria, cuando los adultos le hablaban, ella no contestaba y sus ojos mostraban miedo, casi siempre prefería solo observar a los demás; y en cuanto a lo académico, su rendimiento y desarrollo estaba por debajo de lo esperado. Aunque a simple vista Lulú cumplía los requisitos de una niña a esa edad.
Al pasar los años e indagar más sobre la forma de vivir de Lulú se percibió que carecía de autoestima, los años de pandemia fueron un impedimento para dar seguimiento a su caso debido a que durante ese tiempo era casi nula la comunicación. Al momento en el que las disposiciones cambiaron y los niños regresaron de manera híbrida a las clases, se retoma el caso y Lulú es prioridad.
Se tiene una conversación con mamá, quien expone muchísimas cosas que realmente una niña o niños de su edad no deberían de pasar u observar. Probablemente, para cualquiera Lulú solamente era una niña tranquila y obediente, pero al jugar o estar con otros la diferencia era abismal en cuanto a la gestión de emociones y autoestima.
Tomando como referencia el caso de Lulú las pregunta que surgieron fueron las siguientes:
- ¿Qué es la autoestima?
La autoestima es un conjunto de elementos que hacen referencia a la capacidad de entender que son las emociones y cómo funcionan estás dentro de cada individuo, teniendo como resultado la valorización de sí mismo acompañada de acciones concretas ante situaciones del diario vivir. Para algunos autores como Maslow “la autoestima es una teoría sobre la autorrealización, afirmando que cada uno posee una naturaleza interna”.
- ¿Cómo influye la autoestima en el ámbito educativo?
Debido al impacto que tiene la autoestima en el área cognitiva y emocional, así será el desempeño académico y conductual dentro o fuera de un ambiente educativo. Y aunque en ocasiones es difícil determinar el comportamiento de cada niño debido a la constante evolución, existe un rango que se toma como referencia a partir de los 2 años hasta los 6, periodo en el que la construcción del “yo” se intensifica y el niño puede diferenciar sus propias características y las de los otros.
Al ingresar a la escuela, los niños están sujetos a nuevas experiencias, así como le sucedió a Lulú, quien a su edad (6 años) aún no era capaz de identificar su potencial y regularmente en actividades de concentración divagaba y no terminaba a “tiempo”. Era introvertida y su frase constante era “no puedo” “no tengo fuerzas” “me da miedo”.
- ¿Por qué es importante la autoestima en los niños de edad preescolar?
La autoestima en los pequeños o el desarrollo de la misma tendrá algunos enfoques que delimitarán sus acciones o logros a corto, mediano y largo plazo, por ejemplo:
- Se podrá identificar directamente la eficacia de las acciones o tareas que realice de manera independiente según la edad. Los niños y niñas con una autoestima saludable.
- Será la “comparación” en la que cada niño identifica su potencial y puede distinguir lo que lo diferencia de los demás entre un grupo de niños de su edad. En este punto el niño tendrá inclinación por tareas que realiza de manera autónoma, esto le brindará satisfacción.
- La persuasión o motivación verbal, este es uno de los puntos más relevantes que llegan al niño de sus adultos cuidadores, acá entran las palabras de afirmación, elogios, o maltratos, exclusión o desprecio. Siendo estas positivas o negativas influyen directamente en la autoestima de cada individuo.
- Finalmente, el aspecto emocional, este ayudará a determinar el desempeño en cada una de las actividades, el enojo, la tristeza, nerviosismo, cansancio, aburrimiento, tristeza son algunas de las emociones que el niño puede experimentar. Las emociones son clave para su desempeño y valoración interna.
Tomando como referencia los 4 puntos anteriores, para Lulú había muchas luchas internas, baja autoestima, cero reconocimiento de las emociones y poca valoración de sus habilidades.
La tarea en casa y en la escuela, sobre todo de los adultos cuidadores, era partir del amor, brindarle un lugar seguro era fundamental. Lulu en 8 meses tuvo una evolución y progresos positivos, cada mañana en el ejercicio de “amor propio” logró decir con seguridad qué cosas le gustaban de ella, de qué cosas era capaz. Tuvo la valentía de levantar la mano para hacer preguntas, opinar e incluso bailar.
Al ingresar a la escuela, había dejado de ser aquella niña que bajaba su mirada, pasó a ser una niña empoderada y feliz. Su rendimiento académico se observó y de pasar a hacer solo “garabatos” escribía su nombre, identificaba letras, moldeaba plastilina y terminaba a “tiempo” las tareas escolares.
Es probable que ese pequeño cambio para algunos no sea nada, pero para mí, Lulú es y será una bonita lección de vida, un ejemplo de superación con tan solo 6 años. Espero que a donde quiera que la vida la lleve, recuerde siempre que su valor es inconmensurable.