La paradoja de Epicuro

Al sopesar tanto la extensión como la profundidad del sufrimiento en el mundo, ya sea debido a la inhumanidad del hombre, o a los desastres naturales, es imposible no haber considerado en algún punto ser ateo. Podríamos plantearnos cuestionamientos como, ¿por qué Dios permite que haya tanto sufrimiento humano? O, ¿por qué Dios deja que las personas malvadas logren sus cometidos? Este problema del mal es, sin duda, uno de los mayores motivos para no creer en la existencia de un Dios perfectamente bueno. Ahora bien, ¿es posible que podamos asegurarnos de que un Dios bondadoso y omnipotente no existe? Epicuro formuló este argumento de forma muy esquematizada. Acompáñame a verlo.

Actualmente estamos siendo testigos en primera persona de un asalto a nuestra democracia por parte de la partidocracia corrupta de nuestro país, lo cual nos hace experimentar un acontecer nacional de máxima preocupación y alerta. Aunado a nuestra crisis política, son aún más alarmantes los datos presentados por UNICEF y el Banco Mundial, que nos indican que actualmente el 46.5 por ciento de la niñez menor de cinco años padece desnutrición crónica en Guatemala, o que nuestras tasas de pobreza y desigualdad se encuentran entre las más altas de la región. De manera que, no sería un disparate aseverar que el mal está triunfando y consecuentemente cuestionar esa peculiar relación entre Dios y el mal.  Podríamos plantearnos cuestionamientos como, ¿por qué Dios permite que haya tanto sufrimiento humano? O, ¿por qué Dios deja que las personas malvadas logren sus cometidos? Este problema del mal es, sin duda, uno de los mayores motivos para no creer en la existencia de un Dios bueno. 

Podríamos retrotraernos hacia tiempos pretéritos y darnos cuenta de que la existencia de ese Dios perfectamente bueno y todopoderoso, contrapuesto con la profundidad del sufrimiento humano ha sido objeto de debate desde los orígenes del hombre pensante. Por consiguiente, ha habido muchas formulaciones de este problema a lo largo de la historia, pero una que esquematiza muy bien este argumento es la del filósofo Epicuro, la cual ilustra el filósofo y apologista cristiano Lucio Cecilio Lactancio:

  • (1) Dios quiere eliminar las cosas malas, pero no puede; 
  • (2) o puede, pero no quiere;
  • (3) o no quiere ni puede; 
  • (4) o ambos, quiere y puede 
  • (1) Si él quiere y no puede, entonces es débil, lo cual no es propio de Dios. 
  • (2) Si puede, pero no quiere, entonces es malo, lo cual no es propio de Dios. 
  • (3) Si no quiere ni puede, es tanto malo como débil, y claramente no es Dios. 
  • (4) Si él quiere y puede, que sería lo único propio de Dios, ¿de dónde proviene entonces, el mal? Lactancio, De ira Dei, XIII, 20-21

El filósofo William Lane Craig nos plantea una respuesta muy acertada a la formulación que plantea Lactancio. Lo primero que dice Craig es que al tratar este problema hay que distinguir entre el problema emocional del mal y el problema intelectual del mal. Esta es una distinción muy clave y útil, debido a que estos dos aspectos se pueden entremezclar de tal forma que el debate intelectual se vea “oscurecido” por el rechazo emocional. En cualquier caso, el problema emocional tiene que ver con cómo manejar el malestar emocional de las personas con un Dios que permite el sufrimiento. El problema intelectual, con dar una explicación lo más racional posible sobre como Dios y el mal pueden coexistir.

Dentro del problema intelectual del mal, Lane Craig distingue dos versiones, una versión lógica y una probabilística. La versión lógica vendría a decir que, dado el mal en el mundo, es lógicamente imposible que Dios exista. Esta versión afirma que es lógicamente imposible la existencia de un Dios bueno y la existencia del mal al mismo tiempo. Se podría comparar al evento de «sacar cara» y «sacar cruz» al mismo tiempo, en el lanzamiento de una moneda al aire. Simplemente no es lógicamente compatible, o se es cara, o se es cruz, no las dos. Sin embargo, Craig Lane plantea que entre las proposiciones 

  • (1) Dios es bueno y omnipotente «cara»; 
  • (2) el mal existe «cruz»; ambas pueden hacerse lógicamente compatibles si se agrega una tercera proposición; 
  • (3) Dios podría tener razones moralmente suficientes para permitir el mal. 

Esto plantea un escenario en el cual, a menos que se pueda demostrar que Dios no tiene razones moralmente suficientes para permitir el mal, no se podría decir que la existencia del mal y de Dios es incompatible. No existe una contradicción explícita entre ellos.

Ahora bien, la versión probabilística nos dice que, es altamente improbable que Dios exista, dada la cantidad enorme de maldad que hay en el mundo. Esto quiere decir que, si Dios existiera, sería muy poco probable que permitiera tanto mal. A este razonamiento, una vez más Lane Craig responde que dada nuestra condición de seres finitos, nuestro entendimiento puede ser visualizado como limitado, por lo tanto, no estamos en una buena posición para desechar la posibilidad de que Dios no tenga razones suficientes para el mal que nos rodea. Lane Craig comenta: 

“El Dios trascendente y soberano ve el fin desde el principio y ordena la historia providencialmente, de modo que sus propósitos se completen, en última instancia, a través de las decisiones humanas libres

William Lane Craig, Fundamentos Filosóficos para una Cosmovisión Cristiana, 956

Todo esto implica entonces, que la versión probabilística del problema del mal tampoco prueba esa discordancia entre Dios y la maldad, ya que, a nuestra perspectiva, mucha maldad podría considerarse como “gratuita”, pero no estaríamos en una posición para hacer tal aseveración con toda confianza. 

Si finalmente las tesis de Lane Craig son correctas, entonces el mal no hace improbable la existencia del Dios cristiano. 

Ahora bien, un aspecto que no se ha considerado lo suficiente en esta columna es el problema emocional del mal. Ciertamente podríamos decir que la gran mayoría de personas que rechazan la idea del Dios cristiano, no lo hacen debido a disonancias cognitivas, más bien, encuentran dificultades emocionales para aceptar que un Dios bueno pueda coexistir con la maldad. Lo anterior, podría ser considerado lo que muchos teístas llaman un “ateísmo de rechazo”.  De manera que, ¿es posible que podamos asegurar de que un Dios perfectamente bueno no existe? Tal vez existe una razón por la cual Dios permite todo el mal en el mundo. Tal vez, de cierto modo, todo se funda en un gran esquema de circunstancias, que sólo somos capaces de discernir tenuemente. Como individuo cristiano, estoy seguro de que la paradoja de Epicuro, cruel como es, no establece una refutación definitiva de la existencia de un Dios bueno.  Y sólo tal vez.

El teísmo cristiano es la última esperanza del hombre para resolver el problema del mal

William Lane Craig, Fundamentos Filosóficos para una Cosmovisión Cristiana, 956

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *



Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad de su autor. Revista Telégrafo firme con su compromiso de promover el pensamiento crítico y libertad de expresión en la sociedad guatemalteca, brinda espacios abiertos, auténticos y sin filtros para que personas de distintos sectores de la sociedad puedan expresarse, sin embargo, la publicación de este artículo no supone que el medio valide su argumentación o la verdad de sus conclusiones.
You May Also Like
Leer más

¿Con cuánto tiempo de anticipación debo de avisar mi renuncia?

A lo largo de nuestras vidas, la mayoría hemos pasado por este escenario. Ya sea por diversas causas, crecimiento profesional, económico, nuevos retos, entre otros. Sin embargo, al estar cerca de poder dar la noticia a nuestros superiores, entran varias cuestionantes. Una de ellas es, ¿cuál es el tiempo de anticipación con el que debo de avisar?, acompáñanos en este artículo en el cual te explicaremos a grandes rasgos como se establece en el marco legal de nuestra República.
Leer más
Leer más

Esta es la historia de Kenya Cuevas

Recientemente, escuché un podcast donde la invitada fue Kenya Cuevas y conforme avanzaba el episodio, solo podía pensar en la importancia de compartir y visibilizar historias como la suya. Esto para que podamos abrir espacios de diálogo donde hablemos de temas fuertes, pero necesarios para avanzar como sociedad.
Leer más