POEMA
Recorro el gris infinito de los rectángulos contables que se limitan a existir
La estadía quizá es el eco de un sueño injustificable
un ser que se desborda en un profundo silencio.
Escribo descubriendo en mi silencio a la soledad
Desnudándose bajo las lágrimas,
Avergonzada se esconde entre flores liguladas
Esperando que reconozca el olor a miel que solo algunos saben encontrar.
En el sitio aquel en el que nace el arte de los tristes
También muere quien no soporta su presencia
Porque lo inhabitable para algunos
Es el hogar de quien a sorbos se bebió mil versos mal escritos.
La lluvia se derrama sobre un cuerpo (ya) inundado
Me reconozco
En la búsqueda de liberar a los fantasmas
Y en el intento de huir de las sombras.
Y prefiero sentarme a contar las semillas que habitan entre los girasoles
Para reconocer el limite de la felicidad y la tristeza.
Porque la soledad es el hogar de quien a sorbos se bebió mil versos mal escritos.
Beatriz del Cid
Estudiante de Agronomía de la Universidad San Carlos de Guatemala. Amante de la música, la naturaleza, la justicia y las palabras.