Recuerdo muy bien cuando te vi aquel día, con la mirada perdida, y tu sonrisa tan bonita.
Recuerdo cuando conocí en un instante, cada sueño y cada aire, que escondías en tu vida.
Y yo recuerdo, con franqueza y sin recelo, cada meta, cada sueño, esos que dejaste ahí.
Hoy veo la luna, tan hermosa, tan radiante. Parece una fortuna, de esas que hay que compartir. Hoy veo el lucero, cual fiel compañero, ese que me recuerda a ti.
Hoy veo la luna, tan preciosa, tan segura, esa misma que te dedico a ti.
Porque de ilusiones no se vive, pero como dicen por ahí, que bien se siente estar así.
Que tus sueños sean reales, que no sean de un instante, que te duren para siempre y que seas muy feliz.
Que cuando veas al cielo, con la luna en pleno vuelo, recuerdes con firmeza, eso que me llevo a ti.
Que no se borre en tu mirada, la ilusión de un mañana, o la sonrisa enamorada, que se esconde tras de ti.
En cada estrella, en cada nube, con recuerdos memorables, yo me llevo en la memoria, los momentos junto a ti.
Te dedico la luna, lejana y serena, perdida y perfecta, tan igual a ti.
Y cuando veas la luna, solo veas en el cielo, con simpleza y con fortuna, mis buenos deseos hacia ti.
Y en esencia y con miedo, con la mirada puesta al cielo, de un corazón ilusionado, quizá un poco enamorado, te digo sin pensarlo, que cada luna me recuerda a ti.
Gracias…
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José Guerra
Ingeniero electrónico interesado en temas tecnológicos relacionados con inteligencia artificial y blockchain. En mis tiempos libres suelo escribir en temas como novela policiaca, poesía y columnas de opinión. https://linktr.ee/guerraj