Las Mujeres Mack: tejedoras de paz, hiladoras de verdad

El apellido Mack en el aire que respiramos, la realidad que observamos y la historia que sentimos. El núcleo de una familia que ha cambiado las dinámicas sociales de Guatemala, dos generaciones de seres humanos imprescindibles, tres mujeres que marcaron la memoria. Su historia, poco conocida por las nuevas generaciones, necesita ser reivindicada… no más silencio, solo memoria.

La historia de este país tiene la dicha de abrazar un apellido que ha sido imperativo para la reconstrucción de la memoria histórica, la defensa de los derechos humanos y la visibilización de las mujeres como entes de cambio. La familia Mack ha sido uno de los núcleos más reconocidos en Guatemala, por toda la labor altruista y un punto que los hace notables; es que los tres pilares son mujeres. 

Las mujeres han jugado un papel importante en la conformación del tejido social, especialmente en la reconstrucción de la memoria histórica luego del conflicto armado interno. Fundaciones y grupos reconocidos como la Organización de Mujeres Tierra Viva, CONAVIGUA, Grupo de Apoyo Mutuo y otras, forman parte de esos movimientos que buscaban justicia y reivindicación en una época marcada por la violencia sexista y machista.

Enrique Recinos, coordinador del área de información y documentación de la Fundación Myrna Mack, habla sobre la dinámica de las mujeres en este entorno violento:

Muchos de los desaparecidos y perseguidos eran hombres, y las mujeres fueron violentadas de forma física … en este contexto, son las mujeres quienes quedaron a cargo de resarcir la verdad y obtener justicia por sus esposos, hijos, hermanos, amigos y vecinas, hermanas, madres y demás familiares

Sin embargo, el papel de las mujeres es poco reconocido y el Estado se ha encargado de ocultar la historia de lucha detrás de cada uno de los rostros. Las mujeres Mack forman parte de esta concepción de silenciar, ocultar y tachar como parte de la táctica estatal. 

Entre asesinatos, persecuciones, impunidad, corrupción, señalamientos y criminalización por parte del Estado, estas mujeres han logrado incidir y sobrevivir. La historia ha tratado de ser destruida y el sistema ha ocultado las aberraciones que fueron cometidas contra ellas y todo el trabajo que han hecho por el pueblo. Hoy se les reconoce como parte de la memoria, la visibilidad y la justicia. 

Esta dinastía de defensoras de la libertad tiene su origen en el barrio San Nicolás, Retalhuleu. Lugar que vio nacer y crecer a Myrna Mack Chang, cabeza y guía del legado de la familia hasta hoy.

La memoria de una mujer primaveral

Myrna Mack nació un 24 de octubre de 1949. Proveniente de una familia con raíces asiáticas y mayas, siempre fue consciente y apegada a las costumbres y el respeto a su identidad. Cercana a las dinámicas sociales y los aires de cambio. Se graduó como maestra en 1967, abriendo paso a su época de estudios dorados. Asistió a la Escuela de Servicio Social del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS). Se especializó en antropología social en la Universidad de Manchester, Inglaterra; en este mismo país obtuvo el nivel de maestría en la universidad de Durham. 

La mujer primaveral regresó a un país devastado por la guerra, una región con niveles de violencia álgidos y una sociedad que buscaba cambios, pero cansada de la sangre. En este contexto, la esencia humana de Myrna germina entre los efectos nocivos de las dictaduras. Entre 1982 y 1983 formó parte de Inforpress Centroamericana (empresa dedicada a la investigación social, política y económica de Centroamérica, reconocida por su papel investigativo durante el conflicto armado interno del país) en el área de redacción, análisis y periodismo. 

Durante el trabajo, logró esparcir las semillas de su altruismo y conformó un centro de investigación dedicado a problemas sociales del país, haciendo énfasis en el colapso social que vivía Guatemala en los años 80. Es importante resaltar que, durante estos años, la investigación social estaba en un periodo de recesión, dado que el gobierno de Guatemala se había encargado de eliminar a todo pensador y los pocos vivos, estaban exiliados o escondidos para evitar ser asesinados. 

Nace entre todo el caos, miedo y visión de cambio, la Asociación para el Avance de las Ciencias Sociales en Guatemala (AVANCSO). Este lugar se vuelve la cuna de la antropología social en Guatemala. Gracias a Myrna, esta rama del conocimiento se adentra en las dinámicas sociales y los modos de investigación. El talento humano, las bases investigativas y el equipo de trabajo alrededor Myrna, logran crear un centro de investigación que gritó las verdades silenciadas.

Entre 1987 y 1989 Myrna se adentra al trabajo de campo con las comunidades afectadas por los planes de guerra ejecutados por el ejército de Guatemala. La investigación que realizaba ponía frente al mundo la crueldad del Estado para operar contra personas que no eran combatientes; por esto, fue vista como peligrosa y se inició la persecución en su contra.

Doctora Ana Silvia Monzón

Ella es clave en el escenario social debido a que su trabajo fue uno de los primeros en materia de antropología social creada por mujeres. Ana Silvia Monzón, doctora en ciencias sociales y feminista, indica que la visibilización y denuncia de los desplazamientos hacia las montañas la catapulta como una de las pioneras en la investigación social. Para las científicas sociales es un modelo de trabajo y compromiso social; “es una académica icónica”. 

Todo el trabajó floreció con la publicación del libro: “Política institucional hacia el desplazado interno de Guatemala” en 1990. Posteriormente, publica el segundo libro “¿Dónde está el futuro?” Estos dos documentos fueron la sentencia de una muerte anunciada… 

El 11 de septiembre de 1990, Myrna fue cruelmente asesinada por miembros del Estado Mayor presidencial y el Ejército de Guatemala. En pleno Centro Histórico a las 19 horas, a dos cuadras de la Basílica de nuestra señora del Rosario y entre el bullicio de la ciudad; la mujer de gran corazón fue apuñalada por miembros del ejército. 

Ese día murió la mujer llena de amor y humanidad, pero nació el recuerdo y legado de su trabajo. Fueron 12 puñaladas crueles las que nos arrebataron a Myrna. El crimen más cobarde, bajo aires de impunidad y con tintes tan políticos como machistas.

Esta noticia fue un golpe muy duro para la comunidad nacional e internacional. El país que se adentraba a la apertura democrática no pudo proteger a una de sus grandes pensadoras. Sus amigos, familia y personal de trabajo vieron esto como una amenaza y llamado de atención; la carta estaba puesta sobre la mesa: si le pasaba a ella le pasaba a cualquiera. 

Las puñaladas del Estado en el cuerpo de Myrna eran el ejemplo y la seguridad de este Estado para quedar en impunidad. La crueldad del asesinato no solo queda como precedente de matices políticos e ideológicos, sino que ejemplifica el machismo y sexismo con el que eran torturadas las mujeres dentro del conflicto armado interno. 

Es sustancial hablar sobre el crimen, debido a que marcó un antes y un después para la historia de Guatemala. La visión de la justicia, las luchas sociales, la firma de la paz y la visibilización de las mujeres en el espectro sociopolítico. Una de las grandes feministas, investigadoras sociales y docente de Guatemala, Silvia Trujillo, expone la importancia de Myrna en la conformación social de este país y las aristas detrás su asesinato.

Silvia Trujillo

Este crimen no solo fue por ideología, sino por machismo y misoginia. Cuando se analiza el caso de Myrna, las razones apuntan a el trabajo que estaba realizando y los hallazgos tan catastróficos que presentó en sus informes. Esta fue la razón de su brutal asesinato. Cuando se observa a simple vista, es una forma de silenciarla, pero al ahondar más en los peritajes y pruebas, podemos encontrar signos de sexismo. 

No era bien visto que una mujer se atreviera a desafiar al ejército, por lo que era necesario mermar estos intentos. Las mujeres no eran consideradas sujetos de academia y mucho menos de denuncia pública. 

María Dolores Marroquín, magister en antropología social, también expone que el asesinato tuvo matices de sexismo en su realización. Recuerda que el sistema se encarga de mantener la línea de pensamiento en la base que beneficie al Estado y cuando alguien se atreve a desafiarlo se le considera enemigo; esto no queda aquí si es una mujer, ya que ese atrevimiento hace temblar las bases machistas y toca fibras que recaen en lo conservador. 

La licenciada señala, en palabras coloquiales, que las mujeres que investigaban estos casos en aquella época eran consideradas “alzadas y atrevidas”.

Dolores Marroquín

La línea de pensamiento estatal machista se resume en: “Como es posible que vos, ser subordinado este pensado en eso, debes estar en la cocina con tu marido y manteniendo a flote el hogar, como te atreves a pensar más allá, a develar las dinámicas de dominio y a nombrarlo como tal”. Bajo esta idea misógina, se puede considerar que Myrna fue asesinada no solo por sus documentos, sino para hacer un llamado a las mujeres, a que no levantaran la voz.  

El licenciado Recinos habla sobre cómo el crimen tuvo dos lados fundamentales para la historia, ya que cambió en dicho momento. Por un lado, estaba la soledad, la rabia y la impotencia del delito, que demostraba el sistema cobarde en el que vivimos. Y por otro lado, este asesinato asentó las bases para que la justicia funcionara de manera óptima y demostrar que nadie es intocable cuando se trata de la verdad. 

Luego de este cruel acto de cobardía, su valentía quedó plasmada en todas las dinámicas sociales. El miedo era parte esencial del crimen, pero esto no se logró, ya que sus amigos y AVANSCO siguió su curso. La doctora Ana Silvia, señala que el asesinato solo reafirmó el compromiso que se tenía para construir un escenario diferente para las nuevas generaciones. 

La heroína que floreció con la justicia

La segunda de las mujeres Mack, Helen, nació un 19 de enero de 1952 en Retalhuleu. Sus estudios e intereses siempre fueron enfocados en el tema de la administración. Desde su época escolar hasta la época laboral, su enfoque fue equidistante al de su hermana en aspectos prácticos. Sin embargo, en su esencia, la humanidad y calidez era su punto llamativo en cada paso que daba en los negocios, al igual que su hermana.

Helen Mack

Ese 11 de septiembre Helen inicia una de las batallas de justicia más heroicas de nuestra historia. El licenciado Recinos comenta una historia que se escucha entre los pasillos, la cual hace mención a que Helen, durante el momento de ver el cuerpo de su hermana tendido sobre la acera, puso su frente sobre la de Myrna y le prometió que el caso no quedaría impune. 

A partir de este momento ingresa al sistema corrupto, misógino, impune y de control que ha caracterizado al Estado de Guatemala. Demostró que el poder político no está ostentado en los rostros que vemos en las elecciones, sino detrás de ellos. Que la milicia, el narcotráfico, la corrupción y el poder económico son quienes envían las órdenes; demostró y logró lo inimaginable: ver tras las rejas a altos mandos del ejército de Guatemala. 

Pudo construir un primer proceso judicial desde 1991 y que culminó en febrero de 1993 con la sentencia a 25 años de prisión dictada contra el ex sargento especialista, Noel de Jesús Beteta Álvarez, a quien se le condenó como autor material del asesinato de Myrna Mack. Esta fue la primera vez que se logró enjuiciar y sentenciar a altos mandos del ejército por asesinato y violación a derechos humanos.

Este hito se logró en un país que aún no salía de la guerra, que no había sanado la historia y que apenas se adentraba en el esclarecimiento de la memoria. El punto de trabajo es considerado como el parteaguas para los casos venideros, como el asesinato de Monseñor Gerardi, el Genocidio Ixil, las mujeres de Sepur Zarco, el Diario Militar, etc. 

Entre 1994 y 2004 se llevó a cabo el proceso judicial contra los autores intelectuales del crimen de Myrna: el general Edgar Augusto Godoy Gaitán, ex jefe del Estado Mayor Presidencial (EMP); el coronel Juan Valencia Osorio, ex jefe del Departamento de Seguridad del EMP y el coronel Juan Guillermo Oliva Carrera, ex subjefe del Departamento de Seguridad del EMP. 

Valencia Osorio fue condenado a 30 años de prisión, pero logró huir de la custodia policial y ahora se encuentra prófugo de la justicia. Godoy y Oliva fueron absueltos.

Durante este proceso también se logró una condena contra el Estado de Guatemala por parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). En el marco de la sentencia se ordenó el cumplimiento de varias medidas de reparación material e inmaterial. La Corte Interamericana estableció qué estructuras del Estado participaron en la ejecución extrajudicial de Myrna Mack y qué órganos de la administración de justicia incurrieron en retardo malicioso y denegación de justicia durante los últimos 14 años. 

En cumplimiento de una de las medidas de reparación, el Estado de Guatemala celebró el 22 abril del 2004 una ceremonia en la que admitió su responsabilidad institucional en el asesinato de Myrna y pidió perdón a su hija, familiares, amigos y al pueblo de Guatemala en general.

Helen debe ser reconocida por su trabajo en el acceso a la justicia y el rompimiento de cadenas que existe entre los roles de género para acceder a ella. Su papel es preponderante en la idea sustancial que se logró para que las mujeres fueran escuchadas en los tribunales. 

“Helen es el ejemplo del historicismo por el acceso a la justicia, ella logró dar una lucha heroica para denunciar el asesinato de su hermana, acusar a los victimarios, enfrentarse al Estado y al ejército… simplemente heroico” (Trujillo S, 2023). 

Trujillo expone que este asesinato no fue casualidad. Entre toda la convulsión política que se vivía a finales de los ochenta, ya se hablaba de paz, cambios democráticos, mujeres entrando a temas de política y a Rigoberta Menchú como candidata al Premio Nobel de la Paz; el Estado cometió el crimen para demostrar que seguían recriminando, y decir: “quietitas, calladitas porque les va a pasar lo que le pasó a Myrna”. 

Ellos jamás se imaginaron como Helen actuaría para resolver el caso. El tesón con el actuó para obtener justicia fue el punto que jamás analizaron, ya que, estaban confiados en mantener la impunidad como su camisa de fuerza impenetrable.

El papel de Helen no quedó mermado con la sentencia de su hermana, durante el proceso de los noventa ella siguió participando de manera activa en muchas actividades y congresos que buscaban la no impunidad. En 1996 participó en el grupo fundador del movimiento Alianza contra la Impunidad junto a monseñor Juan Gerardi,  Rigoberta Menchú y otros dirigentes de organizaciones sociales y en 1999 impulsó la creación del Movimiento Pro Justicia. 

Fue parte de la Comisión para el Fortalecimiento de la Justicia, una instancia multisectorial con cuya creación se cumplió uno de los compromisos contenidos en el Acuerdo de Fortalecimiento del Poder Civil y Función del Ejército en una Sociedad Democrática.

Hasta hoy, sigue trabajando en centros de investigación como “Así es” y por supuesto, la fundación Myrna Mack. La lucha contra la impunidad y el acceso a la justicia digna siguen siendo su carta de presentación ante el mundo. Formó parte de los movimientos sociales del 2015 y la defensa de acciones sociales que surgieron en aquel contexto.

Desde el año 2021, Helen tuvo que ser exiliada del país debido al constante acoso y criminalización que sufrió durante los gobiernos de Jimmy Morales y Alejandro Giammattei. Sin embargo, desde la distancia sigue trabajando para mantener la paz y buscar la verdad en el país. Por medio de la fundación Myrna Mack logra llegar a cientos de hogares e instituciones que necesitan cambios para seguir creciendo.  

La doctora comunitaria hiladora de sueños

Lucrecia Hernández Mack fue una de las figuras políticas más importantes del siglo XXI. Su carisma, sonrisa, amor por el cambio e ideas inquebrantables la llevó a realizar actos magistrales dentro un sistema que buscaba absorberla. Nació el 16 de noviembre de 1973 en la Ciudad de Guatemala. 

Su niñez y adolescencia estuvo marcada por el trabajo de su mamá, lo que le dio una visión distinta de lo que necesita Guatemala. El 11 de octubre de 1990 Lucrecia era una adolescente que no comprendía la magnitud del asesinato de su madre. Entre cortinas de humo, notas de desinformación, alteraciones en declaraciones y un Estado arbitrario, se adentra en un sistema que buscaba silenciar el trabajo de su mamá, la lucha de su tía y su juventud.  

Lucrecia Mack

Lucrecia se autodenominaba feminista y militante de izquierda. Siendo un gran icono en la lucha de las mujeres durante el siglo XXI. Durante su crecimiento fue parte del proceso de justicia de su madre y mano derecha de Helen. Estudió medicina y cirugía en la Universidad de San Carlos de Guatemala y posteriormente una maestría en Salud Pública en la Universidad Rafael Landívar. De 2012 a 2016 fue estudiante de doctorado de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco de la Ciudad de México preparando la tesis doctoral sobre Ciencias en Salud Colectiva.

Con el paso del tiempo y después de ser parte de organizaciones como la Alianza para el Acceso Público y Universal de la Salud (ACCESA) la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud en Guatemala, logra fungir como ministra de salud en el periodo de Jimmy Morales. 

Ella logró lo que muchas mujeres no han podido alcanzar; ser ministra de un gabinete de gobierno. En un país con una tasa de participación política tan baja para las mujeres, es imperativo reconocer que ella fue una de las pocas que pudo romper la brecha de género. Las mujeres siempre son nombradas en el ministerio de Educación o de Cultura y Deportes, pero jamás habían sido nombradas en el área de salud.  

Ella se enfrentó a un sistema de salud que es muy androcéntrico todavía, provocando que las bases conservadoras fueran movidas y despertara un espacio de resentimiento y poca sororidad entre las compañeras. Aquí inicia la época de criminalización y difamación que sufrió hasta el día de su muerte. 

La criminalización no fue un aspecto que ella pudiera pasar por alto. A pesar de tantos años de apertura democrática, cambios en el ideario colectivo y reivindicación de su familia en todos los espectros sociales. Lucrecia fue blanco de ataques sistemáticos que la intentaban socavar durante sus gestiones públicas. En el periodo comprendido en el sistema de salud, las campañas de deslegitimar su quehacer en el ministerio, acusarla de comunismo y atacar sus raíces fueron parte de los días en los que trató de levantar un Ministerio de Salud corrompido de las formas paupérrimas.  

Una de las luchas más relevantes y reconocidas de Lucrecia fue contra el sindicato de salud, el cual es igual de corrupto que el famoso magisterio del Ministerio de Educación. Ella da batalla contra este grupo de trabajadores que buscaba menospreciar su carrera por medio de comentarios que rozaban lo vulgar y misógino. El punto cúspide de estos roces sucede debido al intento de incluir en el sistema de salud los nombres que le dan los pueblos indígenas a ciertas enfermedades, provocando que la señalaran bajo ideas y discursos que dejaban ver el racismo interiorizado del sistema.  

En los últimos años de vida, logra ingresar al Congreso de la República por medio de los votos obtenidos en el Movimiento Semilla. Lucrecia se convirtió en una de las grandes parlamentarias del periodo 2020 – 2024. Su talento y punto de vista académico social logra reivindicar muchas de las luchas feministas y de salud. 

La licenciada Trujillo menciona una anécdota con Lucrecia donde hace ver que en algún momento de su vida no era consciente de que sufría violencia política (dinámicas nocivas que se ponen en práctica por el sistema para vulnerar los derechos de las mujeres que logran incidir en la vida política de un país). Luego del análisis y un cuestionario donde se evidenciaban rasgos de este tipo de violencia, Lucrecia logra reconocer que, en efecto, ella era una víctima de la violencia política que el Estado ejercía sobre ella por el simple hecho de ser mujer, feminista y parte de una política que busca cambios. 

Legado de una dinastía pro mujeres

Las mujeres Mack han sido la bandera de la lucha por los derechos humanos y la visibilización de la mujer por excelencia. 

Myrna creció en una época donde el movimiento de mujeres estaba formándose, por lo tanto, no existía la noción clara de ser feminista como parte esencial de la lucha en el contexto de guerra. Pero gran parte de su trabajo cumplía con los estándares de una filosofía que criticaba y proponía cambiar un Estado basado en el machismo y la violencia. El simple hecho de ser investigadora era un paso para visibilizar a las mujeres. Lo mismo pasa con Helen. 

Silvia Trujillo explica que ella jamás se autodenominó como feminista, por lo que el movimiento no la reclama como bandera del feminismo; pero cabe mencionar que, por el trabajo realizado, la crueldad del asesinato y el legado sobre memoria histórica, la convierte en una figura que las feministas reconocen como importante para la construcción del tejido social. 

Por otro lado, María Dolores secunda el planteamiento del reconocimiento como parte de la visibilización de la mujer, ya que su trabajo siempre fue en contra de una metodología estricta y que respondiera al sistema. La crítica contra el patriarcado y el sistema violento nos lleva a reconocer que mucha de su filosofía de investigación se equiparaba con la agenda de la lucha de las mujeres. Myrna logra colocar a las mujeres como sujetas cognoscentes a la interpretación de la realidad; pasó de un agente pasivo a uno activo. 

En el proceso de paz, las investigaciones de Myrna y la tenacidad de Helen fueron cruciales para que la memoria histórica se reconociera como fundamental. Gracias a ello y a los procesos de justicia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), se logra mermar toda una aura de esperanza y caminos de cambios y reivindicación para todas las víctimas de conflicto armado interno. 

Lucrecia siguió los pasos de sus padres y unificó a la perfección la medicina de su padre con la antropología de su madre, logrando ejemplificar la importancia de la salud comunitaria en las dinámicas sociales y que para países como el nuestro, representan una salida óptima y mejora tangible del sistema salubre. Se enfocó en un sistema no curativo, sino preventivo. Unifico el conocimiento maya de las enfermedades para crear espacios de medicina inclusiva para todos. 

La Fundación Myrna Mack es esencial para entender el legado tan fuerte de las mujeres Mack en Guatemala. Fue una de las pioneras en la lucha por los Derechos Humanos y el acceso a la justicia transicional, por lo que logró abrir una brecha que se venía amalgamando desde hace años. Hoy sigue en la lucha y la podemos reconocer como parte de la constelación de organizaciones imprescindibles e icónicas de nuestro país. No se puede obviar la importancia de esta fundación, ya que es el parteaguas de todas las que fueron consolidadas en los años más contemporáneos. 

La fundación sigue su trabajo en beneficio del reconocimiento de las mujeres, la justicia, la memoria histórica y sobre todo, la divulgación de la vida y obra de Myrna. Desde la fundación se explica cómo se realizan talleres, programas de becas, conferencias y visitas guiadas en las instalaciones de la fundación para que la memoria de las mujeres Mack siga vigente. 

Falta mucho para que el trabajo de las mujeres Mack cobre relevancia entre las nuevas generaciones. Los victimarios se han encargado de seguir silenciando su voz en todos estos años, por lo que las generaciones no es que no quieran conocer, sino que les vetan el derecho de saber la verdad. María Dolores Marroquín señala que los mecanismos para divulgar la historia de estas mujeres y otras que han sido fundamentales para la creación de un sistema democrático son diversos, entre los que resaltan contramos cuentos, talleres, conversatorios, comics, libros y demás que realcen a estas mujeres valientes. 

Las mujeres Mack han sido importantes en tres pilares fundamentales para la construcción de este país: Justicia, memoria histórica y salud. 

Desde sus espacios han incidido tanto, que lograron cambiar dinámicas coloniales por democráticas. Usaron sus conocimientos para darle voz a un pueblo silenciado por la dictadura y el fusil. Se enfrentaron a un sistema que buscaba mermar el conocimiento y la verdad. Su memoria, recuerdo y legado son un llamado para que nuestras niñas vean el futuro como algo certero y no inalcanzable. 

Once de septiembre

Día aciago

Cortaron las alas de un colibrí que subió a la sierra

Y al bajar traía en su pupila

La visión de un pueblo en resistencia

Ella anotó con paciencia

Cada sufrimiento

Cada atrocidad

Con valentía denunció al mundo

La infamia de la guerra

Y a los seres de oscuridad

Poema a Myrna Mack – Ana Silvia Monzón

Agradecimiento especial a tres mujeres que siguen hilando sueños y equidad en esta sociedad: 

  • Doctora Ana Silvia Monzón 
  • Magíster María Dolores Marroquín 
  • Magíster Silvia Trujillo 

 

En memoria de Myrna y Lucrecia Mack…

1 comentario
  1. Gracias José por realizar este reconocimiento a tres mujeres imprescindibles en nuestra historia reciente, que han dejado huella, legado y han marcado un horizonte ético.

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