Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el cáncer de mama es el cáncer más común en mujeres, aproximadamente 1 de cada 8 lo desarrollará en algún momento de su vida. Por esta razón, cada 19 de octubre, se celebra a nivel mundial el Día Internacional contra el Cáncer de Mama, con el objetivo de concientizar sobre la enfermedad y promover el acceso equitativo y universal a diagnósticos oportunos, detección precoz, controles y tratamientos.
Signos y síntomas del cáncer de mama
El signo más frecuente que generalmente una mujer suele notar es la presencia de nódulos o bultos en la mama, lo que podría ser indicativo de tumor. No obstante, en aproximadamente 1 de cada 6 mujeres el amplio espectro de signos y síntomas no incluye la presencia de nódulos o bultos, situación que retrasa la búsqueda de atención médica.
Los signos o síntomas del cáncer de mama varían de persona a persona, en especial si no existe la presencia de nodulaciones. Por esta razón se debe de prestar especial atención a los signos y síntomas más frecuentes de esta patología, entre los cuales se encuentran:
- Bultos o engrosamiento de la mama
- Cambios de tamaño o forma
- Secreción o sangrado del pezón
- Inflamación o sarpullido en o alrededor del pezón
- Cambios de forma o dirección en el pezón
- Bultos o dolores en la axila
- Cambios en el aspecto o la textura de la piel






Factores de riesgo para desarrollar cáncer de mama
Se ha identificado una gran cantidad de factores de riesgo que aumentan la probabilidad de desarrollar cáncer de mama. Sin embargo, no todas las personas con factores de riesgo desarrollarán esta enfermedad. Entre los factores de riesgo identificados se encuentran:
- Mutaciones genéticas
- Mamas densas
- Antecedentes de enfermedades mamarias no cancerosas
- Antecedentes familiares de cáncer de mama o de ovario
- Tratamiento previo con radioterapia
- Consumo de drogas y/o alcohol
- Historial reproductivo
- Envejecimiento
- Sedentarismo
- Sobrepeso
- Uso de hormonas
Enfoque nutricional para la prevención de cáncer de mama
Llevar una alimentación saludable y balanceada acompañada de un cambio positivo en los hábitos diarios ayuda a reducir el riesgo de padecer cáncer de mama. Es importante entender que no existe un alimento que por sí solo pueda brindarnos todos los nutrientes ni tampoco hay alimentos que por sí solo puedan generarnos cáncer, todo está en la dosis y la frecuencia en la que se consuman.
A continuación se brindan algunos carcinógenos que se pueden encontrar en los alimentos, por lo que se recomienda evitarlos:
- Micotoxinas: son compuestos producidos por los mohos de algunos hongos durante el almacenamiento del maíz, el algodón y los cacahuetes. Las más conocidas son las aflatoxinas. Las aflatoxinas aparecen en malas condiciones de almacenamiento de cereales y frutos secos. Se recomienda comenzar a almacenar adecuadamente los alimentos, en recipientes limpios y en un lugar sin humedad.
- Nitrosaminas: se forman como resultado de la reacción entre las aminas de los alimentos y el nitrito sódico que llevan algunos de ellos, especialmente los alimentos curados (principalmente embutidos), para mejorar su conservación. Se recomienda no abusar de estos productos y si se consumen que sea de frecuencia moderada.
- Aminas aromáticas heterocíclicas: se forman durante el cocinado de carnes y pescados por reacción entre las proteínas y los azúcares. Se recomienda evitar consumir alimentos muy fritos o carnes “quemadas” al asarlas.
- Alcohol y tabaco: el consumo excesivo y constante puede alterar el crecimiento y formación de nuestras células, por lo que existe mayor riesgo de generar células cancerígenas y tumorales.
Por otro lado, se brindan algunas recomendaciones alimentarias que pueden favorecer a tener un estilo de vida más saludable:
- Aumentar el consumo de frutas y verduras, ya que en ellas se encuentra una diversidad de vitaminas, minerales y antioxidantes. Los antioxidantes son moléculas que nos ayudan a prevenir la oxidación de otras células, evitando así cambios en nuestras células.
- Aumentar la actividad física de resistencia, al trabajar los músculos corporales se liberan factores anticancerígenos y tumorales que ayudarán a prevenir cualquier tipo de cáncer, principalmente el cáncer de mama.
- Evita el consumo de harinas refinadas, grasas trans, exceso de azúcares (no más de 25 gramos al día) y exceso de sodio (no más de 2 gramos de sal o 2000 mg de sodio).
- Aumenta el consumo de pescados azules, ya que son ricos en ácidos grasos poliinsaturados, contienen vitamina D y selenio. Ayudan a inhibir los radicales libres y la muerte celular.
- Aumentar el consumo de cereales integrales, leguminosas y hortalizas por su gran cantidad de fitoestrógenos, principalmente las isoflavonas, las cuales pueden evitar la proliferación de cáncer en el tejido mamario.
- Aumentar el consumo de agua pura por lo menos 2 litros al día.
- Evitar alimentos empanizados, fritos o ahumados y aumentar alimentos a la plancha, cocidos o al vapor.
- Aumentar el consumo de fibra dietética a través de alimentos integrales, verduras y frutas con cáscara.
- Aumentar el consumo de probioticos y prebioticos, algunos alimentos son: yogurt, kombucha, kéfir, soja o miso fermentada, encurtidos y vinagre de sidra de manzana sin pasteurizar.
Un diagnóstico precoz significa un mejor pronóstico
Cuando el cáncer de mama es detectado a tiempo, los resultados tienden a ser favorables. Actualmente, gracias a una mayor conciencia sobre la problemática, y a los avances tecnológicos de la ciencia, el cáncer de mama puede ser detectado cada vez en etapas más tempranas. Sin embargo, en algunos lugares, debido a la falta de sensibilización y acceso a los servicios de salud, cada año mueren de forma innecesaria aproximadamente 685,000 mujeres a causa de esta enfermedad.
A pesar de que ninguna prueba puede detectar por si sola los diferentes tipos de cáncer de mama, la autoexploración mamaria constituye uno de los pilares más importantes en la detección temprana de esta enfermedad. La comunidad científica informa que realizar un autoexamen de mamas en combinación con otros métodos de detección aumenta exponencialmente las probabilidades de un diagnóstico oportuno. Así mismo, se recomienda periódicamente realizar un control clínico con ultrasonido mamario y mamografía según factores de riesgo y edad.
Referencias:
Las ideas plasmadas en este texto son responsabilidad de su autor y ajenas a Telégrafo.
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Bethzy Gutierrez
Estudiante de Optometría de la Universidad Galileo. En una misión genuina, disfrutando y aprendiendo de la vida.