¿Por quién votar? ¿Cómo llegamos hasta aquí?

Estamos a pocos días, que van volando, de presentarnos a las urnas y emitir nuestro voto, iba a anteponer el verbo “tener” pero recordé que no es obligatorio legalmente tener que hacerlo. El abanico de candidatos, sin estar presentes algunos que probablemente quisiéramos, es grande y poco alentador para muchos, nos dejaron a los que quisieron (sin defender a nadie) y eso hace menos atractivo el panorama.

Personalmente, considero que hay que decidirse por algunos y emitir el sufragio a su favor, aunque tengan pocas probabilidades, según nosotros, y tener la satisfacción que por lo menos tuvimos las “agallas” de manifestar nuestra voluntad. Muchas veces nos vamos con la pinta de que no va a ganar y le damos el voto al menos peor, no al que nosotros quisiéramos, siempre me he preguntado qué pasaría si votamos como quisiéramos y no como pensamos, muchas intenciones probablemente hubieran cambiado los resultados. 

Hasta el cansancio se ha repetido que hay que conocer la historia de cada candidato, pero igual hay que ver quiénes están detrás de ellos y quienes van a llegar a gobernar realmente. De ahí parte del título de este artículo, ¿cómo llegamos hasta aquí?, porque no podemos echar la culpa de la situación que vivimos a una sola persona dentro de un sistema tan grande, hay gente que ha pasado años dentro de las instituciones y ni cuenta nos hemos dado, como bien dice el dicho “se come callado”, que han hecho y siguen haciendo tanto daño a nuestro país. No todos los que han hecho daño están en un cargo de elección popular, a veces ni devengan un salario, pero con los resultados que les benefician basta y sobra, de ahí la necesidad de ver realmente quién está detrás de quién. Hay que tratar de entender que han llegado hasta ahí porque lo hemos permitido, hemos caído en el jueguito de distractores para no poder estar atentos a lo realmente importante, hasta el tráfico nos distrae e impide dirigirnos tranquilos a casa, llegamos fundidos y sin ganas de hacer nada más. 

Todos tenemos la responsabilidad de informarnos bien y si podemos informar a otros mucho mejor, en los pueblos es más fácil saber de la vida de los candidatos porque probablemente han crecido entre nosotros, ya sea ellos o su familia. En la ciudad dependemos más de los medios de comunicación y redes sociales, que ya sabemos la situación actual de ellos y que no me voy a detener a escribir sobre eso, que requiere de un sentido crítico más agudo y menos visceral. 

Invito a que hagamos un análisis personal de todo lo que hoy vivimos y tratemos de encontrar los culpables de las situaciones para castigarlos en las urnas, por ejemplo, en un desfalco no solo está al que agarraron, hay que ir más allá, hay que ver a quién le convenía que estuviera ahí y quién fue el más beneficiado, probablemente el proveedor y entonces analicemos a quién apoya ahora, hay mucho trabajo por hacer, nos quedan pocos días. 

En conclusión, mi invitación es a votar por quien usted considere la mejor opción, en todos los puestos de elección, no solo por presidente, independientemente de encuestas y comentarios, pero no se deje llevar solo por un ofrecimiento de beneficio personal, gesto o palabra bonita. No tenga miedo a que no vaya a ganar su candidato y ver su voto como desperdiciado, lo importante es que su voto sea hecho a conciencia y sin presiones de nada, la ventaja es que el voto es secreto.

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