Que perro ser un perro

Quién sabe cuidar un animal está más cerca de ser una buena persona que cualquier otro. Los perros son maravillosos porque tienen un peso enorme en nuestra vida y para ellos nosotros somos toda su vida.

Una de las cosas que más me impactó en la vida fue entender que para que los perros disfruten una vida de calidad, tienen que ser tratados como perros. Es muy importante mantener presente que son animales y que no podemos percibirlos como un humano más porque sería negarles la oportunidad y su derecho de ser animales, así como vivir como su instinto lo demanda, no humanizar a los perros es darles la oportunidad de ser felices.

Aclaro desde ya que lo anteriormente expuesto de ninguna manera intenta dar a entender que a los perros se les debe abandonar a su suerte y privar de todo afecto y cuidado humano, al contrario, el objetivo es promover una relación saludable y enriquecedora con los perros, permitiéndoles vivir de acuerdo con su naturaleza.

Los perros y yo

Mi relación con los perros no ha sido como me gustaría, aunque siempre hubo perros en la casa, no pude ser el mejor amo todo el tiempo. Hasta hace poco, que llegó Romina a la casa, decidí adoptarla cuando en una tarde triste mi mamá me enseñó una foto de ella, la había publicado la mamá de un amigo que tiene un refugio, entendía que ya tenía la madurez suficiente para cuidar bien a una mascota y algo dentro de me dijo que adoptarla sería la mejor decisión que podía tomar en ese momento. Un par de años después estoy seguro de que no me equivoqué.

En casa también está Hércules, el chihuahua de mi mamá (si, la ironía en su nombre es maravillosa), el pasa todo el tiempo con ella y probablemente no soy su ser humano favorito, me busca solo cuando soy la última opción de compañía en la casa, el pobre podría morir sin compañía de un humano. Su presencia es seguramente la razón por la cual maduré lo suficiente como para tener una mascota nuevamente.

A la izquierda, Hércules. A la derecha, Romina. Foto propia.

Durante mi tiempo libre suelo pensar en todo tipo de cosas como cualquier otra persona, pero a veces vienen preguntas a mi mente, preguntas que en muchos contextos tal vez no tienen sentido, la más recurrente es: 

“¿Cómo sería la voz de mis perros si un día empezaran a hablar?”

Me gusta pensar que la voz de la Romina sería una voz bastante grave como la de Juan Carlos Tinoco (voz de Thanos y Dwayne Johnson en español), se me hace una idea bastante graciosa, pero el punto no es ese.

Foto: LaSexta

El punto es que cuando pienso eso siempre estoy viéndolos y si tengo suerte, ellos me están viendo a mí, en ese momento me siento afortunado, especialmente cuando se trata de Romina, que creció y se volvió enorme. No sé si ella es consciente de lo importante que es ella en mi vida, es probable que no, pero yo si soy consciente de lo importante que soy para ella, sus ojos me lo dicen todo cuando me está mirando, en ese momento soy feliz porque entiendo que mi casa es mi casa porque ella me espera y que su casa es su casa porque yo vuelvo.

Cuando Romina se escapó

Pero lo anterior es solo mi experiencia con los perros de mi casa y me duele recordar que existen otros perros que no han tenido buenas experiencias con nosotros los humanos. A estos últimos los podemos dividir en dos; los que tienen pésimos dueños y que por su condición de perros les siguen demostrando afecto y compañerismo a pesar de recibir malos tratos y los que por su enorme historial de malos tratos le temen con la vida a los seres humanos. 

Hace poco más de un año me encontraba en Kentucky cuando mi mamá me avisó que la Romina se había escapado, mi mundo se vino abajo en ese momento, me preguntaba:

  • ¿Qué tal si la atropellan, de verdad la vida será tan cruel conmigo como para no dejarme verla de nuevo?

  • ¿Qué tal si se encuentra con el tipo de personas que parecen odiar a los perros y los lastiman cuando los ven en la calle?

Esa misma tarde la encontraron y la agarraron entre diez personas para que mi madre pudiera regresarla a casa.

Romina y yo. Foto propia.

Tuvo suerte, tuve suerte, en mi familia tuvimos suerte de no tener que esperar a lanzar la moneda para ver si regresaba sola o si la perdíamos para siempre. Desde entonces está muy presente para mi la vida de los perros que viven en la calle, basta prestar un poco de atención para entender lo triste que es su vida, la “libertad” no necesariamente los hace tener una existencia placentera, especialmente porque es culpa nuestra haberlos convertido en animales que dependen de los cuidados de un ser humano.

El problema con los perros sin hogar

Dejando de lado la parte sentimental, que es con la que más fácil podemos sentirnos identificados los humanos, es importante entender que la existencia de estos perros es el resultado de malos cuidadores y esto trae consecuencias para la salud de ellos mismos, para nuestra salud y depende el contexto pueden ser un peligro para los ecosistemas. Este es el caso en Islas Canarias, donde están valorando cazarlos para controlar su población. A estas alturas los perros ferales no deberían existir, pero existen y son un reflejo de muchos problemas sociales. La presencia de los perros sin hogar hace que deje de ser tan sorprendente que también seamos capaces de construir sociedades que dejen a otros seres humanos sin hogar y muchos factores contribuyen a que se nos arrebate la humanidad y nos volvamos más indiferentes con el tema.

Perros ferales. Foto: Infobae

¿Quieres saber más del caso de Islas Canarias? Lee aquí más. 

Cada vez que veo a un perro en una azotea sin sombra, cada vez que me acerco a un perro de la calle y este sale huyendo porque entiende que mi especie es un peligro para ellos, cada vez que veo a un cachorro que vive entre la basura sin algo que le asegure que tendrá una buena vida no puedo dejar de pensar en Romina y lo mucho que cambió mi vida, me hace sentir un pesar terrible solo imaginar que podría ser ella. Quisiera poder salvarlos a todos, pero no puedo. Por cada perro que pudiera salvar otro tomaría su lugar, para evitar que esto pase hay que educar primero a las personas, para que sean mejores amos, pero para ser mejores amos primero tenemos que ser mejores personas y arreglar los problemas que dañan nuestra sociedad.

Se puede argumentar objetivamente que los animales tienen derechos. Claramente, son diferentes a los nuestros y no será igual como se apliquen en animales domésticos si los comparamos con la aplicación en animales que estamos acostumbrados a comer y los animales no se parecen en nada a las personas, ellos no crean arte, no componen sinfonías, no descubren leyes sobre el universo ni inventan tecnología que cambiará la historia, sin embargo, cambian nuestra vida y nos dan una pequeña y corta oportunidad de ser la mejor versión de nosotros mismos. Quien sabe cuidar un animal está más cerca de ser una buena persona que cualquier otro, por eso los perros son maravillosos, porque son una pequeña parte en nuestra vida que puede tener un peso enorme en la nuestra y para ellos nosotros somos toda su vida.

Persona que lee mi primera publicación, tal vez te preguntes: ¿Qué puedo hacer? ¿Acaso debo adoptar perros ahora? La respuesta es no, no es necesario ni obligatorio que tengas perros en casa después de leer esto. Lo mejor que podemos hacer es ser conscientes que aunque nos creamos los dueños del planeta, realmente lo estamos cohabitando con otros animales que no son nuestra especie. No importa la diferencia de tamaño, fuerza o velocidad, somos nosotros quienes estamos en la cima y somos nosotros a quienes verán con temor. 

Lo mejor que podemos hacer es dejar de hacerles daño y ser responsables con ellos en la medida de lo posible.

Si está dentro de tus gustos e intereses tener un perro es importante que te preguntes: ¿Por qué? ¿Para qué? Los perros no son un juguete o un adorno que podemos decidir tener por capricho. Sí te deben de gustar, sí debés tener el interés por criar a uno, pero tu respuesta no debe ser “porque sí”, ya que entonces estás construyendo el escenario perfecto para ser un mal amo. Esta misma lógica podrías aplicarla con la idea de tener hijos, el cual será mi próximo tema para tratar, pero eso es otra historia.

Foto: 123RF

Tomar decisiones que ayuden a solucionar el problema de los perros (y otros animales) sin hogar es algo que corresponde a las autoridades y a personas que tienen la capacidad para hacerlo, es importante por las razones que mencionaba unos párrafos atrás. No obstante, todos tenemos que involucrarnos en construir nuevas generaciones que no cometan los mismos errores que las generaciones anteriores. De esa manera, podemos construir un mundo mejor, un mundo sin perros en la calle. Cuando seamos capaces de evitar que los animales terminen en esa situación, será un indicador que seremos capaces de vivir en una sociedad donde cada persona tenga una vida digna.

Para concluir, quiero hacer una invitación a cualquier persona con perros que pueda leer esto: ama a tu perro, aunque los animales domésticos no son capaces de sentir amor (por ser algo de los humanos exclusivamente), si que son capaces de sentir afecto y convertirse en los mejores compañeros que puedan existir. 

Castrá a tu perro porque es la mejor decisión que podes tomar. Sus vidas no son un capital que debes explotar para conseguir algo de dinero.

 

"Aprovecha cada segundo a su lado, viven con suerte una cuarta parte de nuestra vida, pero para ellos somos su vida entera".

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