Las Elecciones Generales 2023 culminaron. Luego de meses de consternación, tensiones políticas, ataques a la democracia y populismo, finalmente se conoce quién será el nuevo presidente del país: Bernardo Arévalo del Movimiento Semilla. Un candidato que en un principio no figuraba en las encuestas, pero que dio la sorpresa a casi la mayoría de analistas del país.
¿Qué representa el Movimiento Semilla? Si bien esta pregunta puede responderse desde la subjetividad y la percepción de cada persona, el partido político como tal se fundamenta en ciertos principios político-ideológicos que son la brújula para el actuar de los políticos de la organización. En primer lugar, el partido se considera de tendencia socialdemócrata, es decir, reconoce y acepta las reglas del juego democrático, al tiempo que propone alternativas para reducir las desigualdades sociales y económicas.
En este orden de ideas, su fin último es la construcción de un Estado de bienestar fuerte, que sea un contrapeso a la iniciativa privada. Por otra parte, si nos guiamos bajo la dicotomía de izquierdas y derechas, el partido se posiciona en la centro izquierda, gravitando por momentos en el centro político. Esto lo convierte en una alternativa moderada, a pesar de que simpatizantes del partido no lo sean del todo.
Esta antesala que he presentado es fundamental para explicar algo que sucedió en las elecciones: los demás partidos de izquierda o centro izquierda, a diferencia de Semilla, no lograron un resultado satisfactorio en la elección. Por ejemplo, el partido VOS (Voluntad, Oportunidad y Solidaridad) encabezado por Manuel Villacorta logró el séptimo lugar en la elección presidencial, una cifra acorde con las encuestas que se publicaron semanas atrás. Sin embargo, únicamente alcanzaron 4 escaños en el Congreso de la República, una cifra bastante baja tomando en cuenta la gran campaña mediática de los candidatos a diputados de VOS.
Con respecto a la alianza Winaq-URNG y MLP, el resultado fue desastroso. La alianza en mención casi se queda sin diputados al lograr solo un escaño en el Congreso. Al mismo tiempo que se colocó en el décimo lugar en la elección presidencial. Con relación al Movimiento de Liberación de los Pueblos (MLP), dado que su candidata a presidente no pudo participar, su única esperanza era el legislativo. No obstante, no alcanzó ningún escaño en el Congreso, generando que el partido desaparecera.
¿Por qué Movimiento Semilla fue un éxito en esta campaña y los demás partidos de izquierda no?
Si bien existen variables de forma, como la estrategia de comunicación o el tipo de discurso, hay una cuestión de fondo: Semilla no es un partido radicalizado. Esto se comprueba en segunda vuelta, en donde el partido político intentó acaparar el voto de sectores de centro o centro derecha, mostrando mesura al presentar su oferta electoral, lo cual le funcionó, puesto que logró más de 2 millones de votos.
Por otra parte, Semilla representa muy bien lo que en Ciencia Política se conoce como partidos de cuadros. Es decir, partidos que son conformados por una élite intelectual o por personas notables. MLP, Winaq y URNG no son partidos de cuadros, sino que encuadran mejor con la categoría de partidos de masas. Organizaciones políticas que tienen como base a movimientos sociales o campesinos. Regularmente, los partidos de masas responden únicamente a un sector específico de la sociedad. En cambio, los partidos de cuadros buscan conciliar tanto las capas urbanas con sectores marginados.
En tal sentido, Semilla fungió en estas elecciones (con o sin intención) como un inhibidor del radicalismo de izquierda y de los viejos partidos de dicha posición política. Tanto el extremismo identitario del MLP al querer fundar un nuevo Estado guatemalteco desde sus bases, como la oferta electoral de Winaq-URNG, que aún se aferra a antiguas maneras de hacer política y a personalismos sin legitimidad (Amílcar Pop), fueron absorbidos casi en su totalidad a nivel electoral. La población habló y entre las opciones reformistas que existían, se decantó por la más moderada, democrática y plural.
Lo más seguro es que el Consejo de Desarrollo Campesino (CODECA) vuelva a intentar conformar un nuevo partido político para las siguientes elecciones. Pero lo único claro en todo esto es que si pretenden emular el éxito de Semilla, deben reformular su oferta electoral para que sea más atractiva, menos confrontativa y más acorde con los principios de una democracia. Un buen inicio, al menos para generar simpatía, sería condenar las dictaduras que sufre la región Latinoamericana (Nicaragua, Cuba, Venezuela). Veremos si finalmente aprenden.
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Javier Medina
Escritor de las 3 am y fanático del cine que nadie ve. Estudiante de Ciencia Política en la Universidad de San Carlos de Guatemala. Coordinador Local en Students For Liberty Guatemala y editor para el blog de Eslibertad Latinoamérica. Coordinador de proyectos de la agrupación Política Constructiva y columnista ocasional para el diario La Hora.