Sí miren arriba

El pasado 5 de diciembre, la plataforma streaming Netflix estrenó un nuevo largometraje protagonizado por Jennifer Lawrence, Leonardo DiCaprio, Meryl Streep, Johan Hill y Mark Rylance. En dos horas y veinticinco minutos “No miren arriba” o en inglés Don’t Look Up narra una historia alrededor de una catástrofe apocalíptica que amenaza destruir cualquier rastro de la humanidad y el planeta entero. 

Uno de los mensajes que denota la cinta es el fracaso inminente que somos como civilización.

Ciudad de Guatemala – 26 de enero de 2022. El pasado 5 de diciembre, la plataforma streaming Netflix estrenó un nuevo largometraje protagonizado por Jennifer Lawrence, Leonardo DiCaprio, Meryl Streep, Johan Hill y Mark Rylance. En dos horas y veinticinco minutos “No miren arriba” o en inglés Don’t Look Up narra una historia alrededor de una catástrofe apocalíptica que amenaza destruir cualquier rastro de la humanidad y el planeta entero. 

La llegada de un meteorito a la Tierra es el evento que acabará con los seres humanos. La cinta gira alrededor de cómo las personas toman esta noticia y se preparan para morir. 

En el póster se lee la frase: “Basada en hechos que podrían ser reales”. El director Adam McKay realiza una alegoría sobre el fin del mundo combinando elementos de Armageddon e Impacto profundo, ambas películas estrenadas en 1998. No obstante, este film no es una obra de ciencia ficción. En cambio, va un paso más allá y trae a la mesa temas filosóficos, económicos y políticos.

Cartel promocional de “No mires arriba”. Foto: Rotten Tomatoes

Teaser oficial de “No mires arriba”

Esto no es una comedia, pero contiene algunos momentos de humor que construyen la historia. Si te ríes seguramente no es por un chiste intencional, sino porque la situación es tan surrealista que te sientes identificado. No obstante, el discurso de la película contiene una fuerte crítica sobre la labor de los políticos, las prioridades de los medios de comunicación y lo peligroso que puede ser el sector privado cuando se entromete en asuntos que van más allá de lo comercial. 

Sin sorprender a nadie, la cinta no fue bien recibida por la crítica y hay opiniones divididas con el público en general. 

Por ejemplo, Pedro Bradshaw de The Guardian le dio 2 estrellas de 5 y la describió como “la laboriosa sátira de Adam McKay desafía la indiferencia política ante la inminente catástrofe del cometa, pero se pierde la comedia”, luego en el texto continúa: “es como un sketch de 145 minutos de Saturday Night Live sin la brillante comedia de Succession”. Según este crítico, Impacto Profundo tiene más consciencia de su importancia satírica más elevada. Algo incoherente cuando dicha película no es una sátira en absoluto, tampoco es comedia. Se acerca más a una película de romance que no tiene nada que ver con el colosal meteorito que intentan detener. 

Por su parte, David Fear (editor y crítico de cine y televisión) escribió para la revista Rolling Stone la siguiente descripción de la misma: “es una película de desastres en más de un sentido. Si realmente miras hacia arriba, te sorprenderá encontrar una bomba de la lista A de una película, toda la ira incipiente y las extremidades agitadas, cayendo justo encima de ti”. 

Este texto no trata de enaltecer el trabajo de los actores o del director. Al contrario, esto es una reflexión sobre cómo las películas al ser piezas de arte y productos comerciales nos hablan más acerca de la realidad y la civilización humana. 

Al inicio de la cinta nos presentan al Dr. Randall Mindy y a la futura doctora en astronomía Kate Dibiasky ambos de la Universidad Estatal de Michigan. Dibiasky fue la responsable de descubrir el meteorito que llegará a la Tierra. Evidentemente ellos representan a los científicos y todos los profesionales que trabajan a favor del desarrollo y conocimiento. Sin embargo, la trama los exhibe como personas frágiles e infravaloradas a pesar de sus esfuerzos académicos y laborales. Esto último es una perspectiva pesimista, pero a la vez, muy realista sobre los profesionales que son menospreciados por la mayoría de las audiencias. Sin dudarlo, la difusión científica, sin importar la rama, es un área difícil para muchos, esto a pesar de la variedad de plataformas multimedia que existen hoy. 

Luego del descubrimiento del meteorito Dibiasky, los protagonistas presentan su hallazgo a las autoridades correspondientes. Esto es complicado en principio, ya que la burocracia hace lo mejor que puede para que todo sea tardado. Criticando esta gestión administrativa existente en cualquier institución gubernamental. 

Merly Streep interpreta a la presidente Orlean. Foto: Rotten Tomatoes

Más adelante conocemos a la presidente de los EE.UU., interpretada por Meryl Streep, un personaje que parece ser una mezcla entre Hilary Clinton y Donald Trump. Una mujer empoderada con una agenda progresista liberal, pero al mismo tiempo se ve rodeada de escándalos y sometida a presiones de sus más leales financistas electorales. Ella toma una serie de decisiones nada éticas o inteligentes. Pero, el director nos demuestra el lado más realista de los políticos al decir “aguardar y esperar”, una táctica de evidente irresponsabilidad, pero muy popular durante la pandemia de covid-19 desde 2019. 

También aparece Jason Orlean, hijo de la presidente. Un detalle para que el espectador recuerde que el nepotismo y el compadrazgo es una realidad en cada sociedad. Más adelante, el discurso pronunciado por Jason será de vital importancia y tendrá de fondo los enemigos fantasmas con los que luchan muchos líderes políticos democráticos y autoritarios. 

En "No mires arriba" hay diversos personajes que representan ciertos actores sociales tales como políticos, medios de comunicación, científicos, etc. Foto: Forbes

Conforme avanza la trama, se van presentando diferentes personajes. 

Sin lugar a dudas, los medios de comunicación y los periodistas no salen bien librados en esta película. Por un lado, tenemos al par de presentadores que lo único que hacen es representar empresas mediáticas a las que no les interesan las noticias sino mantener feliz a la audiencia y a sus anunciantes. “El dinero es lo que mueve al mundo” dice un dicho popular y en la cinta esto es una realidad aterradora en muchos niveles. 

Del mismo modo, surge la figura del ejército. Un elemento presente en casi todas las sociedades en el mundo. El brazo bélico del país resulta ser el salvador de las crisis. A manera de burla se muestra al coronel Benedict Drask como símbolo de fuerza y dominio y al general Scott Themes que siempre está presente en la mesa de decisiones, pero no aporta nada. 

Aparecen los verdaderos dueños del poder, dejando de lado a los políticos y al ejército. Foto: Netflix

La película avanza y las autoridades deciden explotar el meteorito enviando al coronel Drask a esta arriesgada misión, muy al estilo de Impacto profundo (1998). Sin embargo, en el último momento dan marcha atrás cuando cobra importancia el rol de Peter Isherwell, un millonario, fundador y CEO de la compañía tecnológica Bash. Una especie de empresario mesiánico y revolucionario, alguien podría pensar que tiene rasgos de Elon Musk, Mark Zuckerberg y Bill Gates. 

Este personaje evoca todos los errores y miedos que pueden generar los empresarios codiciosos e insensibles. La presidente Orlean y el ejército de los EE.UU. retrocede cuando se pone en marcha el plan del mayor financista de campaña. Peter hace su voluntad y se encuentra por encima de la ley; porque si se requiere, la ley se aprueba a su antojo. Esto no está tan separado de nuestra realidad. 

Finalmente, el personaje que no he mencionado es el interpretado por Ariana Grande en la película. Ella se interpreta a sí misma. Una celebridad que acapara la atención de los medios de comunicación, las redes sociales y de todos a través de su vida personal. 

Después de todo, el director Adam McKay tiene una crítica para cada sector de la sociedad. El discurso de Jason, el hijo de la presidente, resume muy bien las preocupaciones de los políticos; dedicándose a dar pequeños alivios a la clase media trabajadora, mantener el poder, el statu quo y culpar de todos los errores a una oposición, que con alguna suerte tienen espacios en los medios de comunicación y en el pensamiento colectivo. 

La película no es perfecta, pero no trata de serlo. Uno de los mensajes que denota la cinta es el fracaso inminente que somos como civilización. Probablemente no venga un meteorito a destruir el planeta, y no hace falta. Hoy padecemos la aceleración del calentamiento global, la explotación de los recursos naturales de manera indiscriminada y la pésima distribución de la riqueza en todo el mundo. 

La pandemia del COVID-19 nos ha recordado lo frágiles que somos, pero también lo despreocupados por el futuro en que nos hemos convertido. 

Ante la ineptitud y la terquedad de aquellos que ostentan el poder, el Dr. Mindy y Kate forman una contracultura con el movimiento “Miren arriba”. Para que todos vean lo evidente, el inminente impacto es una realidad. 

McKay acusa a la sociedad de ser presa de intereses egoístas en la política, la economía, la tecnología, las redes sociales y la trivialidad. 

La presidente Orlean y Peter no son villanos de la cinta, sino representaciones de líderes mundiales que se niegan a aceptar el cambio climático, la urgente política contra la explotación de recursos naturales y muchos problemas reales que afectan a todos hoy y a las siguientes generaciones. 

Hoy parece que estamos frente a un sedentarismo intelectual y social. Muy cómodos haciendo activismo virtual y dando likes por la tendencia del momento. 

¿Los seres humanos estamos destinados a fracasar como sociedad o vos qué pensás?

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