Si te tatúas te vas al infierno, ¿o no?

Hace poco tuve el placer de conocer personalmente al equipo de Telégrafo pues, a pesar de ser uno de sus columnistas más antiguos, no había convivido con el equipo personalmente. Me sentí muy en confianza, la convivencia fue muy agradable y si hubiésemos anotado todos los temas que discutimos, hubiésemos tenido temas para escribir durante todo este año que comienza.

Hace poco tuve el placer de conocer personalmente al equipo de Telégrafo pues, a pesar de ser uno de sus columnistas más antiguos, no había convivido con el equipo personalmente. Me sentí muy en confianza, la convivencia fue muy agradable y si hubiésemos anotado todos los temas que discutimos, hubiésemos tenido temas para escribir durante todo este año que comienza.

En fin, todos los temas que conversamos sobre Guatemala concluían en que este país está congelado en el tiempo y sobre todo en temas sociales, pues la gran mayoría de la sociedad guatemalteca aún es extremadamente retrograda (homofóbica, racista, machista…) y sobre este tema hablamos un poco sobre los tatuajes.

Una persona que estaba presente en la convivencia del equipo de Telégrafo, que fue invitada a participar en la revista, nos contó que en una ocasión le comentó a su mamá que tenía deseos de hacerse un tatuaje a lo cual ella respondió “cuando nos muramos, me gustaría verte en el cielo” diciendo indirectamente que si se tatuaba sería condenada al chantaje religioso conocido como el infierno.

Unos días después me puse calcetines cortos para ir a trabajar sin ninguna razón en especial y por la forma en la que me senté, el pantalón del uniforme se subió un poco y un compañero notó mis tatuajes y me pidió que se los mostrara, noté que se sentía muy intrigado por mis tatuajes, pues el tema aún es un tabú en mi lugar de trabajo como en el país y la región en general.

Estos hechos que pudieran parecer insignificantes o muy cotidianos me hicieron decidir hablar sobre este tema, así que ya entrando en materia (por fin) hablemos de los prejuicios sobre los tatuajes.

“Solo los mareros están tatuados”

Seguramente hemos escuchado alguna frase de este estilo sobre los tatuajes, el prejuicio en sí es asociar los tatuajes con la criminalidad y esto evidentemente no es necesariamente cierto. Si bien es verdad que las maras suelen llevar muchos tatuajes y los utilizan para identificarse, es evidente e inmensa la diferencia entre los tatuajes hechos en un estudio y los tatuajes hechos en prisión. 

Los tatuajes que llevan las personas que forman parte de una mara están hechos únicamente con tinta negra, no tienen muchos acabados por no decir que ninguno y usualmente están sin terminar. Esto se debe a que en su mayoría fueron hechos en la cárcel en condiciones inadecuadas e insalubres, con máquinas de tatuar improvisadas y en general en muy malas condiciones.

En este video podemos observar cómo desde que el tatuaje es concebido, comienza a padecer de las carencias que se viven en prisión, pues el diseño que eligió la persona del video es de un periódico mientras que cuando vas a un estudio de tatuaje el diseño para el tatuaje está pensado y diseñado precisamente para ser tatuado o incluso puedes pedirle al tatuador que diseñe algo completamente único y original para tu pieza de tatuaje, también vemos como la tinta es de muy mala calidad y como únicamente tienen a su disposición tinta negra.

En este otro video vemos a Toni Donaire (tatuador que idolatro) quien también es el autor de la pieza que les mostré antes y para mi juicio uno de los mejores tatuadores de neotradicional del mundo y es notoria la diferencia del proceso, tintas de calidad y varios colores, una máquina de tatuar profesional y mucha higiene.

En fin, está de más decir ya que los tatuajes hechos en prisión y los hechos en un estudio son evidentemente muy distintos pues para sorpresa de nadie, tatuarse es caro.

“Si te tatúas no vas a conseguir trabajo”

Esto realmente se ha diluido con el tiempo para mi juicio, es difícil estudiar este fenómeno a nivel técnico, pues no existen demasiados datos estadísticos que nos revelen cuantas personas han perdido una oportunidad laboral por tener tatuajes lo que fácilmente puedo asegurar sin siquiera tener la necesidad de revisar datos es los tatuajes no son realmente un causante del desempleo. Las causas de este fenómeno social son muy complejas y dependen del contexto y periodo histórico al que nos refiramos pero, por lo general, los motivos del desempleo son estructurales, sistémicos, económicos entre otros.

No digo que sea imposible perder una oportunidad laboral por llevar tatuajes, es posible que suceda o que conozcas a alguien a quien le haya sucedido, pero esto se debe precisamente al punto anterior, a la ignorancia y los prejuicios sobre los tatuajes y le tengo noticias a las personas que se aferran a este perjuicio. Vivimos en Guatemala, no hay trabajo de nada lleves o no tatuajes y si lo hay, probablemente ni siquiera respeten las garantías establecidas en el código de trabajo.

“Si te tatúas te vas al infierno”

Por último pero, para nada menos importante el prejuicio que le dio título a esta columna el prejuicio religioso. De este tema tengo mucho que decir pues considero que la gran mayoría de los prejuicios de todo el mundo occidental provienen de un deterioro del cristianismo o por lo menos han sido reforzados por las instituciones religiosas cristianas y el de los tatuajes no es la excepción.

Bien, vamos al origen de este prejuicio religioso Levítico 19:28:


Biblia Reina Valera 1960:

“Y no haréis rasguños en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna. Yo Jehová.” 

Biblia de Jerusalén: Nueva edición, totalmente revisada:

“No haréis incisiones en vuestra carne por un muerto; no os haréis tatuajes. Yo, Yahvé.


Del debate sobre las traducciones de la biblia da como otra columna en sí, así que nos quedaremos con la biblia de Jerusalén, pues es la editorial que produce esta biblia se jacta de ser la traducción al español más exacta posible y es la que un amigo seminarista y sus colegas utilizan para su formación teológica por orden de la iglesia católica y en esta versión se utiliza exactamente la palabra “tatuajes”, mientras que algunas otras versiones no.

Esta es la única vez que la biblia hace referencia a los tatuajes y lo hace de una forma bastante superficial únicamente prohibiéndolos, sin embargo, esto es cuestionable y le diré porqué.

Para interpretar correctamente la biblia o cualquier otro libro es necesario contextualizar las citas, es decir, conocer el trasfondo con el que el texto fue escrito. Levítico es un libro del antiguo testamento en donde se describen las normas con las que vivía el pueblo de Israel en ese periodo histórico, por lo tanto, hablamos de normas sociales de entre el 538 y el 332 a. C y en esos periodos tempranos de la sociedad incluso las capacidades cognitivas de las personas eran muy diferentes a las actuales e imponer normas sociales de ese periodo histórico es simplemente inviable.

Ahora bien, para los cristianos y judíos la biblia es considerada ley divina. Así que para ellos podríamos decir que los tatuajes están prohibidos, ¿no? No, no necesariamente. Soy ferviente defensor de que los tatuajes no son pecado para el dogma cristiano, al menos no necesariamente y les expondré mis argumentos.

Para entender el contexto de este versículo necesitamos leerlo el capítulo completo (para sorpresa de nadie) y este narra normas morales y culturales para los israelitas entre las cuales se encuentran:

Ningún cristiano cumple con todas estas normas lo cual es de esperarse, pues ninguna institución religiosa exige su cumplimiento. No es muy común en la iglesia católica o protestante (evangélica) indignarse por la explotación laboral a pesar de que el versículo 13 del versículo 19 de levítico prohíbe explotar al prójimo, tampoco se les ve exigiendo a los terratenientes en Latinoamérica dejar frutos caídos para los mas necesitado ni protestar en contra de la brutalidad policial que viven todos los días los migrantes latinoamericanos que huyen de sus países con rumbo a Estados Unidos a pesar de indicar la biblia que se le trate bien a los forasteros.

Incluso si las instituciones religiosas, como la iglesia católica, hicieran todo lo anterior aun así no sería intrínsecamente pecado tatuarse, pues en el contexto en el que se plasmó esa norma en esa época se empleó para prohibir prácticas paganas, pues hacer marcas en la piel y tatuajes eran prácticas de adoración a otros dioses o los difuntos, como lo explicita el versículo. En conclusión, Levítico 19:28 no prohíbe los tatuajes en sí, sino la idolatría.

Esta columna resultó más larga de lo que creí, pero en cuanto a deconstruir prejuicios se refiere, nunca está demás extenderse. Mientras que sigamos replicando prejuicios como sociedades en vez de cuestionarlos será muy difícil avanzar pues un prejuicio no es más que odio e intolerancia y una sociedad ignorante es totalmente vulnerable a ser manipulada, pero ese ya es otro tema del que seguramente se hablaremos mucho aquí en Telégrafo, pues estamos a la vuelta de las elecciones 2023. El tatuaje es un arte y ya es tiempo de tratarlo como tal.

Por último, les comparto el perfil de Instagram de tatuadores muy talentosos de Guatemala y como siempre, gracias por leerme.

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Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad de su autor. Revista Telégrafo firme con su compromiso de promover el pensamiento crítico y libertad de expresión en la sociedad guatemalteca, brinda espacios abiertos, auténticos y sin filtros para que personas de distintos sectores de la sociedad puedan expresarse, sin embargo, la publicación de este artículo no supone que el medio valide su argumentación o la verdad de sus conclusiones.
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