• diciembre 12, 2022
  • No Comment
  • 208
  • 7 minutes read

Soñar despierto, una adicción alarmante

Soñar despierto, una adicción alarmante

Todo el mundo alguna vez se ha distraído con multitud de pensamientos y ensoñaciones, ya sea por tener un evento importante en el futuro, un viaje, alguna tarea que deba pensarse demasiado por su complejidad, etc.  Imaginar nuestros actos futuros puede ayudarnos a realizarlos mejor ya que es una manera de planearlos.

Pero hay cierto sector de la población a la que imaginar puede resultarle algo fascinante y adictivo, que le es difícil dejarlo y lo que imaginan varía, desde actos futuros hasta aventuras mágicas o historias de amor con alguien. En esta ocasión me gustaría hablar, a manera de divulgación, de la “ensoñación excesiva”.

El término “maladaptive daydreaming” fue acuñado por el psicólogo clínico israelí, Eli Somer. Él también ha sido presidente de la Sociedad Europea de Trauma y Disociación y la Sociedad Internacional para el Estudio del Trauma y Disociación. Somer se ha dedicado a estudiar el estrés y también las fantasías que pueden llegar a provocar problemas en el diario vivir. 

En el 2002 publicó un artículo llamado “Maladaptive Daydreaming: A Quality Inquiry”, (Ensoñación excesiva: una investigación cualitativa), en el cuál se adentra en este fenómeno y lo describe como: “una actividad fantasiosa excesiva, que reemplaza la interacción humana, y/o interfiere con las funciones académicas, interpersonales o vocacionales”.

¿Por qué existe la ensoñación excesiva?

Hay diversas causas que denotan esto, entre ellas podemos encontrar:

Aunque no esté catalogado como una enfermedad mental en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5), los estudios de Somer apuntan a que esta actividad es muy perjudicial para quienes la practican. La ensoñación puede ser acompañada de movimientos repetitivos, como balancearse de manera ensimismada, con movimientos semejantes a los propios del trastorno del espectro autista (TEA).

En esta ocasión también hablaré un poco de mi caso personal. Imaginar despierta no es algo que me molestara, hasta hace años sobre todo en mis años de secundaria. Recurría a dormir tarde o a usar mis tardes, (aunque no fueran libres), a dedicarme a soñar despierta, en diversas situaciones, podía estar sola o acompañada en mis fantasías, pero todas ellas se alejaban un poco de mi realidad y me situaban en una mucho más hogareña, fácil y bella.  

Mis fantasías eran demasiado elaboradas y aunque trate de sacarle provecho, por ejemplo, tratando de escribir relatos sobre ellas, no lo logré. 

Con el tiempo, este fenómeno me afectó mucho más al llegar a bachillerato, ya que una de las razones de mis notas bajas, era dejar de estudiar y usar el tiempo para mis fantasías. En la universidad pasó lo mismo y si bien, pensé que lo controlaría mejor, recuerdo estar horas frente a la computadora, sin hacer mayor cosa, solo imaginando diversas situaciones, esta vez, situaciones más realistas, donde mis planes salían bien o conocía a una persona interesante. 

Aún no puedo decir que he dejado de soñar despierta, de manera compulsiva. Sucede que ahora poseo menos tiempo, ya sea por trabajo, estudios u otras actividades recreativas, lo cual agradezco.

Es importante que conozcamos este fenómeno, ya que, quizás, una persona a nuestro alrededor puede sufrir por sus fantasías y podríamos ayudarla de varias formas. No soy psicóloga, pero aquí se me ocurren algunas:

De momento no existe una cura, solamente tratamiento, que Somer (2018) se ha dedicado a presentar en un artículo, este incluye terapia cognitivo conductual, mindfulness, entre otras técnicas.

Referencias:

Cirino, E. (2018). Maladaptive Daydreaming. https://www.healthline.com/health/mental-health/maladaptive-daydreaming#causes

Somer, E. (2002). Maladaptive Daydreaming: A Quality Inquiry. https://somer.co.il/articles/2002Malaptdaydr.contemp.psych.pdf

Contenido relacionado

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *