Acerca del estudio
Un grupo de investigadores encabezados por Nathan Lo, investigador de enfermedades infecciosas de la Universidad de California, analizaron los datos de más de 22.000 casos confirmados de infección por SARS-CoV-2 en 35 prisiones para adultos del Estado de California, durante un período de 5 meses entre finales de 2.021 y principios de 2.022.
Resultados
El equipo descubrió que entre las personas con COVID-19, las que recibieron al menos una vacuna tenían un 24% menos de probabilidades de infectar a los contactos cercanos, en este caso, compañeros de celda, en comparación con los presos no vacunados. Las personas que habían sido infectadas anteriormente tenían un 21% menos de probabilidades de infectar a otros en comparación con los reclusos sin infección previa, y aquellos que habían sido vacunados y previamente infectados tenían un 41% menos de probabilidades de transmitir el virus en comparación con las personas no vacunadas sin una infección previa.
Según Megan Steain, viróloga de la Universidad de Sydney, los hallazgos son buenas noticias ya que muestran que entre mayor sea la exposición que tienen las personas al virus, ya sea a través de vacunas, refuerzos o infecciones “más alto es el muro de inmunidad”. Y agregó: “Si podemos mantener altos niveles de vacunas de refuerzo, entonces podemos disminuir el grado de infección de las personas cuando están enfermas”.
Buenas noticias pero las infecciones continúan
Aunque la vacunación y la infección previa ayudan a reducir la infecciosidad de Omicron, ninguna de estas fue suficiente para detener el número de nuevas infecciones entre los reclusos, dice el estudio. Cuatro veces de cada cinco, las personas que transmitieron el virus a otras habían sido vacunadas o infectadas previamente.
Las personas no vacunadas tenían un 36% de posibilidades de transmitir el virus a los contactos cercanos, pero los presos que estaban vacunados y tenían una infección previa aún tenían un 20 % de riesgo de propagar la infección. Lo cual significa que a pesar de contar con ambos tipos de inmunidad y reducir en alguna medida el riesgo de contagio es completamente probable transmitir la infección.
Variantes anteriores
En el pasado diversos estudios mostraron que las personas que se infectaron previamente con la variante Delta o ya habían recibido dosis de vacuna contra COVID-19 tenían menos probabilidades de transmitir el virus a sus contactos cercanos en comparación con las personas que no lo habían hecho. Pero ese efecto protector era relativamente pequeño y se hacía menor a través del tiempo.
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A pesar de que ya se cuenta con información disponible sobre la transmisibilidad de anteriores variantes de coronavirus, el estudio de Nathan Lo es uno de los primeros en considerar si las vacunas y la infección previa por COVID-19 reducen la infecciosidad con Omicron, la predominante actual en el planeta.
Consideraciones
- Los estudios previos sobre la transmisibilidad por COVID-19 en su mayoría se han centrado en los hogares, donde es menos probable que ocurra la transmisión en comparación con las celdas de prisión abarrotadas de personas.
- La gran mayoría de estudios disponibles hasta ahora se realizaron antes de Omicron, a menudo en personas que no estaban vacunadas o que solo tenían la primera serie de vacunas.
- El estudio se publicó como preimpresión en medRxiv este mes y no ha sido revisado por pares.
Finalmente
Científicos como Allen Cheng, médico de enfermedades infecciosas y epidemiólogo de la Universidad de Monash en Melbourne, se encuentran ansiosos por ver si los hallazgos del estudio en prisiones se replica en estudios realizados en hogares, lo que podría reflejar mejor cómo se propaga el virus en nuestras comunidades.
Según Cheng, aunque los beneficios de la vacunación para reducir la transmisión se desvanecen con el tiempo, agradeció la noticia de que una infección previa podría reducir la transmisión en una infección futura. “Especialmente con Omicron, dónde estamos teniendo tantos problemas para tratar de controlarlo en general, estamos contentos con todo lo que podemos conseguir” Finalizo Cheng.
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David Molina
Estudiante de Medicina en Universidad de San Carlos de Guatemala. Entre mis intereses se encuentran. Salud Pública, Epidemiología y la administración de los servicios de salud. Comprometido con un modelo de salud que involucre: salud humana, sanidad animal y la preservación del medio ambiente que compartimos todos (One Health)